Los firmantes de la Declaración de Barcelona denuncian el "acoso" al PNV

La cuarta cumbre de los partidos nacionalistas firmantes de la denominada Declaración de Barcelona -Convergència y Unió Democrática de Catalunya (CiU); el Bloque Nacionalista Galego y el PNV- sirvió ayer para denunciar el "acoso" del PP, del PSOE y del presidente del Gobierno, José María Aznar, contra el nacionalismo vasco y para formalizar las exigencias que incluirán conjuntamente en sus programas para las elecciones del 12 de marzo. Unas propuestas que conducen al "reconocimiento" de sus respectivos "ámbitos de decisión", algo "imprescindible" frente al "rearme ideológico" del centralismo y...

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La cuarta cumbre de los partidos nacionalistas firmantes de la denominada Declaración de Barcelona -Convergència y Unió Democrática de Catalunya (CiU); el Bloque Nacionalista Galego y el PNV- sirvió ayer para denunciar el "acoso" del PP, del PSOE y del presidente del Gobierno, José María Aznar, contra el nacionalismo vasco y para formalizar las exigencias que incluirán conjuntamente en sus programas para las elecciones del 12 de marzo. Unas propuestas que conducen al "reconocimiento" de sus respectivos "ámbitos de decisión", algo "imprescindible" frente al "rearme ideológico" del centralismo y los ataques "cada vez más explícitos" contra el nacionalismo.Pero, sobre todo, la reunión en la sede peneuvista sirvió para dar un espaldarazo a la "arriesgada" política de pacificación del PNV, basada en el diálogo y el acercamiento a Herri Batasuna, y para criticar "la falta de sentido de Estado" por parte de los partidos estatalistas y del presidente del Gobierno, José María Aznar.

Aunque el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, y el resto de los líderes presentes -Pere Esteve (CDC), Josep Antoni Duran (UDC) y Xosé Manuel Beiras (BNG)- pretendieron "quitar coyunturalidad a esta reunión" -no es una "muestra de adhesión a un PNV desvalido según algunos", dijo Arzalluz-, lo cierto es que hubo un arrope explícito ante el chaparrón de críticas caído sobre los peneuvistas en las últimas semanas por no romper con EH-HB tras el asesinato por parte de ETA del teniente coronel Pedro Antonio Blanco.

Alegato por el diálogo

Los firmantes reiteraron el carácter democrático de sus partidos, pero fue Duran quien tuvo una explosión verbal de apoyo al nacionalismo vasco. Sin complejo alguno, el líder de Unió mostró su reconocimiento al PNV por "sus constantes intentos de construir la paz en Euskadi" y dijo que "sólo desde el interés partidista, la obcecación y un limitado sentido de la responsabilidad" se puede impedir reconocer "los esfuerzos que ha asumido [el PNV] con riesgo político en pro de esa paz para su pueblo".

Duran continuó su alegato indicando que, "si alguien quiere asegurar la paz y recomponer socialmente la nación vasca ése es, sin duda, el PNV" y, a continuación, envió un aviso para el navegante que arribe finalmente a La Moncloa. "No habrá paz ni cohesión social en Euskadi si no se cuenta principalmente con el PNV" y lo contrario constituirá "una irresponsabilidad histórica", ya que el único que puede garantizar el diálogo entre los dos extremos es el partido de Arzalluz -un "fusible" para transmitir la electricidad entre un mundo y otros- "porque no está en ninguno de ellos", recalcó Duran.

Arzalluz intervino para agradecer las palabras del dirigente de Unió y dijo: "Yo no habría hecho mejor la defensa de mi partido".

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En la reunión, los nacionalistas no hablaron de pactos poselectorales, aunque detallaron los compromisos en favor del reconocimiento de sus realidades plurinacionales, pluriculturales y plurilingüísticas. Asimismo, revalidaron su compromiso en favor de remodelar el Estado con una nueva cultura política, pero consideraron "imprescindible" el reconocimiento previo de "los ámbitos de decisión comunitaria" de sus respectivas "naciones".

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