La estupenda vejez del Depor y el Zaragoza Los dos primeros de la clasificación son los equipos con más edad del campeonato

Cuantos más años, mejor. Semejante argumento, por muy disparatado que parezca, se ha hecho un hueco en el fútbol español. Porque el Deportivo y el Zaragoza, los dos equipos que encabezan la Liga tras la primera vuelta son, además de los mejores, los más viejos de Primera División. La edad media de la plantilla deportivista alcanza los 27,6 años, sólo inferior a la del Zaragoza, que llega a los 27,8. Pero aún hay más. Reduciendo las cuentas a la alineación habitual de cada uno de esos dos conjuntos, el Zaragoza llega a una media de 29,3 años, por 29 del Deportivo. Del resto de equipos, sólo el ...

Cuantos más años, mejor. Semejante argumento, por muy disparatado que parezca, se ha hecho un hueco en el fútbol español. Porque el Deportivo y el Zaragoza, los dos equipos que encabezan la Liga tras la primera vuelta son, además de los mejores, los más viejos de Primera División. La edad media de la plantilla deportivista alcanza los 27,6 años, sólo inferior a la del Zaragoza, que llega a los 27,8. Pero aún hay más. Reduciendo las cuentas a la alineación habitual de cada uno de esos dos conjuntos, el Zaragoza llega a una media de 29,3 años, por 29 del Deportivo. Del resto de equipos, sólo el Alavés, con un promedio de 27,2 años en el total de su plantilla, se acerca a las cifras del líder y su inmediato perseguidor. Txetxu Rojo, técnico del Zaragoza, se retiró como futbolista en el Athletic en el año 82. Poco después debutó con el equipo bilbaíno Julio Salinas, que es actualmente, con 37 años y cuatro meses, el abuelo de la Liga. Por tres meses supera a Donato.El colista de esta clasificación por edades es el Real Madrid, con 24,6 años de media. Le sigue el Espanyol de Brindisi, uno de los técnicos que más valor le da a la cantera, cuya plantilla tampoco llega a los 25 años de media. Y si de cantera se habla, es obligado hacer una referencia al Athletic y la Real, cuyos equipos no están entre los menos viejos de la categoría (26,4 años de media).

Pero no todos los tópicos son falsos. Por ejemplo, que al Atlético de Madrid lo entrena un técnico italiano se demuestra contemplando un puñado de estadísticas. Ahí va una de ellas: el conjunto rojiblanco es el que más fueras de juego provoca. Aún hay más, también es el líder en balones recuperados, lo que da idea del enorme valor que Ranieri le da a la disciplina. Otro tema es el de la creación, donde el Atlético, sin duda, cojea. Así lo certifica que sea el que más balones pierde. En resumen, que el fútbol del Atlético, sin Kiko, podría ser calificado de revolucinado, con una defensa que juega enormemente adelantada, a lo que le ayuda la presencia de un portero tan rápido y hábil con los pies como Molina. Un equipo que le saca un enorme partido al fuera de juego y que recupera balones a la misma velocidad que los pierde. El aspecto ofensivo queda en manos de Hasselbaink. De cada tres disparos del Atlético uno es de Jimmy.

Y hablando de disparos, nadie se maneja en ese aspecto mejor que el Barcelona, el conjunto que más remata (307), que más veces lo hace a puerta (135) y que más goles mete (41). En el otro lado de la balanza se sitúa el Oviedo, que sólo en 73 ocasiones ha conseguido colocar el balón entre los tres palos.

Quizá una de las grandes sorpresas del campeonato fue la derrota del Barcelona ante el Sevilla (3-2) ocurrida en la jornada 15 en el Sánchez Pizjuán. Y lo es porque, haciendo honor a su condición de colista, el Sevilla encuentra un hueco en la parte alta de casi todas las estadísticas negativas. Apenas dispara a puerta, es el segundo que más faltas comete (408), tres menos que el Espanyol, y el que más tarjetas recibe (61 amarillas). Todo lo contrario que el Barça, el segundo que menos infracciones comete y el que menos tarjetas ha visto.

Resulta curioso que, pese a ser la gran sorpresa de la primera vuelta, el Rayo Vallecano ocupe el primer lugar en el apartado de remates recibidos, un hecho que, sin embargo, no convierte a Keller, su portero, en el que más paradas ha realizado, clasificación que encabeza el zaragocista Juanmi. La importancia del elemento suerte no deja de ser relativa. Porque el Racing, el equipo al que más veces han salvado los postes (nueve), se encuentra en la clasificación muy por debajo del Zaragoza, al que más veces han perjudicado (también nueve).

Perjudicados, pero por los árbitros, se han sentido en más de una ocasión, el entrenador y los jugadores del Athletic. Y lo cierto es que lo ocurrido hasta ahora demuestra que no hay equipo más castigado que el bilbaíno, al que le han hecho 415 faltas, a lo que quizá ayuda que sea el de Luis Fernández el conjunto que más balones coloca en el área rival (563), un apartado donde la última plaza la ocupa, como era de esperar, el Sevilla.

Hay quienes malviven a la hora de tirar el fuera de juego. Mallorca, Racing y Madrid son los equipos que en menos ocasiones sorprenden al rival con esa jugada. No es fácil encontrar un hecho que lo explique, pero en el caso del Mallorca y del Madrid existe un dato significativo: en el centro de su defensa juegan Nadal y Hierro, respectivamente, dos futbolistas que han perdido explosividad y que tienden a refugiarse retrasando a toda la zaga.

Los problemas del Numancia y el Málaga a la hora de defender vienen del cielo. Son los dos que más goles reciben de cabeza, nueve cada uno. Es de todo punto lógico que el Málaga encabece esa clasificación. Su portero, Contreras, es el de menor estatura de la categoría (1,80). Y tampoco los defensas le ayudan, pues los que juegan habitualemente forman la zaga más bajita. Por contra, el Depor y la Real saben guardarse bien por alto, pues sólo han recibido un tanto de cabeza. Y es que, para el líder, las jugadas a balón parado apenas tienen importancia. Los de Irureta sólo han encajado un gol nacido en un córner o una falta y sólo han marcado uno de esa manera. Pero no hay ningún dato objetivo que justifique de manera definitiva la magnífica primera vuelta realizada tanto por el Deportivo como por el Zaragoza, dos equipos sobre los que es fácil decir aquello de que, como los buenos vinos, mejoran con los años.