Tribuna:

Politiza que algo queda

JOSEP TORRENT

El relámpago de Madrid ha precedido al trueno en la Comunidad Valenciana. De siempre, el anuncio de una convocatoria de elecciones generales va acompañado de la aparición, allá por el puerto de Contreras, de una cuadrilla de segadores de la meseta que vienen a recoger la mies en forma de votos. La presencia ayer de Ana Botella no es otra cosa que la avanzadilla de los Aznar, Rato, Almunia, Frutos y demás compaña. Nada que objetar a tan ilustres huéspedes: están en su derecho y es, además, su obligación. No en vano este territorio sigue siendo Objetivo 1 electoral, aunque n...

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JOSEP TORRENT

El relámpago de Madrid ha precedido al trueno en la Comunidad Valenciana. De siempre, el anuncio de una convocatoria de elecciones generales va acompañado de la aparición, allá por el puerto de Contreras, de una cuadrilla de segadores de la meseta que vienen a recoger la mies en forma de votos. La presencia ayer de Ana Botella no es otra cosa que la avanzadilla de los Aznar, Rato, Almunia, Frutos y demás compaña. Nada que objetar a tan ilustres huéspedes: están en su derecho y es, además, su obligación. No en vano este territorio sigue siendo Objetivo 1 electoral, aunque no tanto presupuestario. O sea, estamos en campaña.En campaña política, se entiende. Por más que el PP se empeñe en utilizar el concepto politización de forma negativa e incluso peyorativa. Ayer mismo, el presidente de la Generalitat, a cuenta de la polémica existente en Bancaixa, descalificó a los socialistas porque pretenden politizar esta intitución financiera. La paradoja tiene su miga viniendo, como viene, de un político profesional. Se supone que debería predicar lo contrario: la política como una pasión, como un instrumento para transformar la sociedad. Pero no. De un tiempo a esta parte, los populares, cada vez que algo no les gusta, dicen que está politizado. Como si ellos fueran seres puros, incontaminados e inmunizados a la fiebre de la política. Ahora resulta que los socialistas, con sus grescas internas, están politizando las cajas cuando ni tan siquiera de eso son capaces. Más parece que son los del PP quienes con el uso denigratorio y negativo del concepto están preparando a la opinión pública para justificar la previsible privatización de las cajas de ahorro sobre la base de que la politización es pésima para el futuro de estas entidades. Claro que eso, según el PP, no es política.

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