Cartas al director

Desamparo

Quisiera dejar constancia de un suceso acaecido esta misma mañana casi a la puerta de mi casa en Madrid. A las 7.30 he salido, como todos los días, a pasear mi perro antes de ir a trabajar, y a la vuelta de una esquina, contra un coche, acurrucado en el suelo, se encontraba (pensé que dormido) un hombre de mediana edad. Le pregunto si le pasa algo, si en algo puedo ayudarle; me contesta (creo que le desperté) que no le pasa nada.Como las mañanas no están como para echarse siestas en plena calle (rondaban los cero grados), pienso que lo mejor es llamar a la Policía Municipal para que atiendan a...

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Quisiera dejar constancia de un suceso acaecido esta misma mañana casi a la puerta de mi casa en Madrid. A las 7.30 he salido, como todos los días, a pasear mi perro antes de ir a trabajar, y a la vuelta de una esquina, contra un coche, acurrucado en el suelo, se encontraba (pensé que dormido) un hombre de mediana edad. Le pregunto si le pasa algo, si en algo puedo ayudarle; me contesta (creo que le desperté) que no le pasa nada.Como las mañanas no están como para echarse siestas en plena calle (rondaban los cero grados), pienso que lo mejor es llamar a la Policía Municipal para que atiendan a esa persona. Llamo al 092 y, una vez explicado el caso, no aprecio gran interés en la persona que está al otro lado de la línea. Así que, después de insistir, esta persona ha accedido a tomar mis datos personales y la localización del suceso. Después ha creído tranquilizarme mucho cuando me ha dicho que a lo mejor, si luego tenían tiempo, se pasarían por allí.

He llamado a la Policía Nacional, y vuelta a explicar el hecho; esta vez no han perdido tanto el tiempo conmigo; a la persona que ha atendido el teléfono no le ha interesado lo más mínimo ni quién era yo ni dónde estaba esta persona; se ha limitado a decirme que lo que le estaba contando no tenía la más mínima importancia, que ya se sabe, estamos en Navidad y la gente toma unas copitas de más, que me vaya tranquilo a trabajar.

He ido a trabajar sintiendo la tremenda impotencia de no poder ayudar a esa persona (a lo mejor no lo necesitaba) ni conseguirla de las personas cuya labor, entre otras, es precisamente ésa.

Lo que sí me atrevo a decir es que en un Estado que, según la información que nos dan, es moderno, me he sentido tremendamente desamparado, me he sentido tremendamente inseguro.

Espero que si algún día salgo a "tomarme unas copitas" y después no encuentro el camino de mi casa, tenga la suerte de encontrar un lugar al abrigo de miradas indiscretas para que ningún viandante de paseo con su perro me despierte y me moleste interesándose por mí.-

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