Un matrimonio y su hija de nueve años mueren en su casa asfixiados por gas

Un matrimonio y su hija de nueve años murieron asfixiados el pasado lunes por inhalar gas tóxico en su domicilio de Collado Villalba. Los cádaveres fueron descubiertos ayer por un pariente. La familia pereció al inhalar monóxido de carbono procedente de la deficiente combustión de la caldera de gas en el piso, situado en el número 6 de la Isla de Salvora, según la Guardia Civil. Los fallecidos son Arturo Laina Corral, de 37 años, su esposa Graciela Córdoba, de 35, y la hija de ambos, Ana Laina.

Los cuerpos sin vida del matrimonio y su hija fueron hallados por Ángel, un primo del cabeza ...

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Un matrimonio y su hija de nueve años murieron asfixiados el pasado lunes por inhalar gas tóxico en su domicilio de Collado Villalba. Los cádaveres fueron descubiertos ayer por un pariente. La familia pereció al inhalar monóxido de carbono procedente de la deficiente combustión de la caldera de gas en el piso, situado en el número 6 de la Isla de Salvora, según la Guardia Civil. Los fallecidos son Arturo Laina Corral, de 37 años, su esposa Graciela Córdoba, de 35, y la hija de ambos, Ana Laina.

Los cuerpos sin vida del matrimonio y su hija fueron hallados por Ángel, un primo del cabeza de familia, que se alarmó el pasado lunes porque nadie en la vivienda respondía a sus reiteradas llamadas telefónicas. El pariente, alarmado, dio aviso a la Guardia Civil. Acompañado de varios agentes, entró en la vivienda de sus familiares, un tercer piso de dos plantas situado en la urbanización denominada La Coruña.Los cadáveres de Graciela, nacida en Argentina, y de su esposo, un empresario de jardinería, yacían sobre la cama del dormitorio principal. A los pies de la cama y tendida en el suelo encontraron a la hija. "La pequeña debía dormir en el piso de abajo del dúplex y había subido al piso de arriba para tratar de avisar a sus padres de que respiraba mal. Pero cuando tiró de la pernera del pijama de su padre, éste no reaccionó. Ya había fallecido. Ella también se quedó ahí". Así explicaron ayer lo sucedido fuentes municipales. Las circunstancias de la muerte hicieron sospechar a los agentes que el fallecimiento se produjo cuando la familia dormía en la madrugada.

Las primeras hipótesis de los investigadores de la Comandancia de la Guardia Civil apuntan a que la causa de la muerte fue un defecto en la combustión de la caldera de Repsol-Butano, la empresa suministradora. Tanto efectivos de la Guardia Civil como los técnicos de la empresa Repsol, han inspeccionado la instalación individual de la vivienda para averiguar el origen del siniestro.

Según el primer análisis de los investigadores, la rejilla del aire se hallaba tapada con papel de aluminio, en contra de las recomendaciones de la empresa de gas. Además, la caldera no quemaba bien. La puerta que la cubría estaba quemada y provocó un pequeño incendio.

"Muerte dulce"

La mala combustión hacía que la caldera, en lugar de liberar vapor de agua y anhídrido carbónico, lo normal en toda combustión, desprendiera el mortal monóxido de carbono. La inhalación de este gas provoca una reacción en el cuerpo que deja sin oxígeno la sangre en menos de una hora. En estos casos, no se percibe ningún mal olor y el fallecimiento se produce por asfixia sin que la víctima se de cuenta, es la denominada muerte dulce, según explicaron fuentes de la Guardia Civil.

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Un portavoz de Repsol Butano declaró que la instalación de gas canalizado había sido revisada en diciembre de 1996, por lo que hasta finales del año 2001 no se iba a practicar una nueva inspección.

La compañía reiteró que todavía no se conocen con seguridad las causas del accidente, aunque "todo apunta a un defecto en la combustión de la caldera, que desprendió monóxido de carbono, lo que provocó la muerte de los ocupantes de la vivienda, que no se percataron del escape".

Los vecinos no olieron a gas durante la tarde del lunes. Ninguno de ellos intuía que la muerte se escondía tras la puerta de al lado.

La vivienda ha sido precintada mientras se realizan los trabajos de investigación para confirmar la causa del siniestro y la hora a la que fallecieron el matrimonio y su hija.

Esta tragedia tiene un precedente similar en el mismo Collado Villalba. El 8 de enero de 1994, dos abuelos y su nieto morían por una intoxicación de gas en su domicilio. Durante los últimos seis años, 23 personas han fallecido en Madrid a causa de intoxicaciones de gas.

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