FÚTBOL La justicia pone a Gil contra las cuerdas

Gil contrató jugadores falsos para cubrir una deuda, según el fiscal

Jesús Gil saldó una deuda de 2.700 millones de pesetas que reconocía tener contraída con el Atlético cediéndole al club los derechos de cuatro futbolistas falsos o que valían mucho menos de la cantidad en la que fueron tasados. Eso afirma el fiscal anticorrupción, Carlos Castresana, en el escrito en el que pide la intervención judicial del Atlético. Esta nueva acusación se añade a las contenidas en la querella presentada en julio en la Audiencia Nacional.

Según el fiscal Castresana, mientras Jesús Gil se ocupó de la administración del club, entre junio de 1992 y diciembre de 1997, "fue ...

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Jesús Gil saldó una deuda de 2.700 millones de pesetas que reconocía tener contraída con el Atlético cediéndole al club los derechos de cuatro futbolistas falsos o que valían mucho menos de la cantidad en la que fueron tasados. Eso afirma el fiscal anticorrupción, Carlos Castresana, en el escrito en el que pide la intervención judicial del Atlético. Esta nueva acusación se añade a las contenidas en la querella presentada en julio en la Audiencia Nacional.

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Según el fiscal Castresana, mientras Jesús Gil se ocupó de la administración del club, entre junio de 1992 y diciembre de 1997, "fue apoderándose de cantidades pertenecientes al Atlético" hasta llegar a adeudar a la entidad alrededor de 2.700 millones de pesetas.Para ocultarlo, en enero de 1998, Gil, en representación de Promociones Futbolísticas, sociedad suya, y su hijo Miguel Ángel, en representación del Atlético, decidieron saldar la deuda "mediante su compensación con un activo ficticio consistente en los derechos sobre cuatro jugadores profesionales de fútbol que no eran tales".

Así, padre e hijo otorgaron el 16 de enero de 1998 cuatro contratos por los que Promociones Futbolísticas, cedía al Atlético los derechos económicos y de imagen de los "jugadores de fútbol profesional" Abass Muyiwa Lawal (nigeriano), Limamou Mbengue (senegalés), Bernado Matías Djana (angoleño) y Maximiliano de Oliveira Teixeira (brasileño).

El primero de ellos fue incorporado al Atlético de Madrid B, equipo en el que jugó principalmente de suplente, por lo que su valor de mercado "es a todas luces extraordinariamente inferior a los 1.000 millones de pesetas más IVA que por él hicieron pagar los Gil al Atlético de Madrid".

Mbengue, por su parte, es "residente comunitario no lucrativo, que se encuentra legalmente en España por haber ejercido su padre el derecho de reagrupación familiar, y que no tiene trabajo ni actividad conocida, y por el que sin embargo, los Gil han hecho pagar al Atlético de Madrid 190 millones de pesetas más IVA", se afirma en el auto dictado por el juez Manuel García Castellón.

En situación similar se encuentra Bernardo Matías Djana, quien tiene permiso de residencia y ha solicitado asilo y refugio. Djana ha vivido desde su llegada a España en la Casa de Refugiados e Inmigrantes menores no acompañados de los Padres Mercenarios de Madrid y, según el fiscal, "carece de trabajo o actividad conocida, siendo su cualificación laboral la de Formación Profesional en el ramo de Construcciones Metálicas y Aluminio, a pesar de lo cual Jesús Gil y Miguel Angel Gil han hecho pagar por él al Atlético 350 millones de pesetas más IVA".

En el caso del brasileño Maximiliano de Oliveira, el Atlético pagó 1.100 millones de pesetas más IVA, haciéndose constar en el contrato que el club adquiría al jugador de Promociones Futbolísticas, que a su vez lo había adquirido de una empresa holandesa. Sin embargo, desde 1997 este jugador ya estaba vinculado con Miguel Ángel Gil a través de un contrato firmado entre éste y la madre del chico, en el que se estipulaba una retribución de 400.000 pesetas en 1997-98 y de un millón de pesetas en el año siguiente. "No puede entenderse -dice el fiscal-, cómo podía pagar el Atlético de Madrid 1.100 millones de pesetas más IVA en enero de 1998 por un jugador juvenil cuyos hipotéticos derechos federativos futuros ya le pertenecían desde la temporada anterior".

Lawal es el único de los futbolistas cuyos derechos cedió Jesús Gil al Atlético de Madrid en pago por su deuda que es algo conocido. El pasado verano, por ejemplo, saltó a la primera plana en un en un partido amistoso entre el filial y el primer equipo: sufrió un aparatoso choque con Mena y ambos acabaron gravemente lesionados.

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