La elaboración de candidaturas en el PSOE reaviva conflictos en Madrid, Aragón y Galicia

El proceso de elaboración de candidaturas en el PSOE para las próximas elecciones generales terminó anoche con el visto bueno a la mayoría de las listas, aunque se puso de manifiesto que en las federaciones en donde hay división interna las heridas se han abierto aún más, como son los casos de Madrid, Aragón, Valencia y Galicia. El ex candidato a la presidencia del Gobierno José Borrell se abstuvo de votar cinco candidaturas al considerar que han sido castigados aquellos que le votaron en las elecciones primarias frente al secretario general, Joaquín Almunia.

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El proceso de elaboración de candidaturas en el PSOE para las próximas elecciones generales terminó anoche con el visto bueno a la mayoría de las listas, aunque se puso de manifiesto que en las federaciones en donde hay división interna las heridas se han abierto aún más, como son los casos de Madrid, Aragón, Valencia y Galicia. El ex candidato a la presidencia del Gobierno José Borrell se abstuvo de votar cinco candidaturas al considerar que han sido castigados aquellos que le votaron en las elecciones primarias frente al secretario general, Joaquín Almunia.

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La Comisión Federal de Listas logró incluir a diputados excluidos en sus federaciones, como Álvaro Cuesta y Pedro Moya, y terminaron su trabajo satisfechos al conseguir renovar el 40%, con relación a las candidaturas de 1996, así como de 23 cabezas de lista. Las mujeres ocupan el 42% de los puestos de salida y hay un 25% de menores de 30 años. No hubo una votación global a las listas sino que se dictaminó una a una de tal manera que las rencillas internas se pusieron de manifiesto en cada lugar. No hay un hilo conductor que pueda explicar el porqué del malestar, ya que, como reconocieron muchos de los asistentes, la conjunción de cinco criterios dificultó el acuerdo total aunque los enfadados no forman un grupo homogéneo. El combinado que se ha tenido en cuenta para elaborar estas candidaturas es el siguiente: incompatibilidades entre cargos municipales y aspirantes al Congreso; representación de mujeres en un porcentaje no inferior al 40%; inclusión de jóvenes y, por último, los dos factores que hasta ahora sólo habían presidido los criterios para la confección de listas: el poder territorial y la familia o sensibilidad a la que se perteneciera.

Este conglomerado de razones se aplicó en la lista de Madrid, que encabeza Almunia, y que ya vino con dificultades de origen al ser aprobada sólo con el 40% de los votos del comité regional y la abstención, sinónimo de rechazo en el PSOE si no se presenta lista alternativa, de guerristas, borrellistas e Izquierda Socialista (IS).

Los intentos para que Cristina Narbona fuera diputada fueron inútiles. Narbona venía del comité regional con el número 16, de casi imposible salida, y ayer obtuvo dos ofertas que rechazó, por lo que definitivamente continuará como concejal del Ayuntamiento de Madrid. Esta diputada rechazó ser la número uno por Segovia, puesto en el que irá la secretaria del grupo parlamentario socialista, María Teresa Fernández de la Vega, y también rechazó ocupar el número 12 de la lista de Madrid, donde el PSOE obtuvo 11 escaños hace cuatro años. La lista madrileña dio todavía más sorpresas al caer la diputada Enedina Álvarez, guerrista, por lo que de este sector sólo queda José Acosta en el número 10, sobre cuya permanencia se extendieron especulaciones al considerar su sector que esa representación no se corresponde con la fuerza real en militantes.

Sus seguidores llamaron la atención sobre el hecho de que para buscar la representación del 60% que se abstuvo en la votación de la lista en el comité regional, hay que bajar al número 10. Yolanda Gil, en el número 13, del grupo llamado Renovadores por la Base, sería la siguiente a la que seguiría Antonio García Santesmases, de IS.

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El diputado García Santesmases comunicó anoche a este periódico su decisión de abandonar la candidatura y aunque agradecía vivamente los esfuerzos de otros compañeros por subirle de puesto en la lista, consideraba que el portavoz federal de la única corriente reconocida en el PSOE no debía ir en el número 14.

Los miembros de la Comisión Federal de Listas aseguraron que habían hecho lo posible por subirle pero que el respeto a los equilibrios no daban más de sí. Uno de estos miembros del comité de listas, Francisco Fuentes, sin embargo, presentó un voto particular para defender a Enedina Álvarez, a Javier Saenz de Cosculluela y para solicitar una subida en la lista para Santesmases. Hubo 30 votos en contra y 16 a favor.

Esta exigua resultado en un auditorio que nunca bajó de 100 personas se explica porque la mayoría de los miembros del Comité Federal no respondieron a las llamadas al voto, sí, no o abstención, solicitadas desde la mesa del Comité Federal. Dentro de la reunión Acosta quiso dejar claro que en la conflictiva lista de Madrid nunca se cuestionó al número uno, es decir, a Almunia.

Pero la expectación la despertó José Borrell que pidió la palabra para desarrollar una teoría sobre la "casualidad y la causalidad". A su juicio, no es casual que quienes le apoyaron en las primarias hayan resultado perjudicados en las listas electorales, sino que lo han sido precisamente por haberlo hecho. Lo cierto es que ninguna de las personas sobre las que tenía interés figuran en las listas. Ni Manuel Escudero, tampoco Sergio Moreno, ni José Antonio Alonso o Cristina Narbona. El ex candidato hizo patente su desaprobación al abstenerse en la votación de las listas de Valencia, Alicante, Madrid, Murcia y Cádiz.

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