Condenado a 38 años el autor el doble crimen del hostal Reyes Católicos

La Audiencia de Madrid ha condenado a 38 años y nueve meses de prisión a Fernando Alberto R. V. como autor del doble crimen en el hostal Reyes Católicos (distrito Centro) y por el intento de asesinato de la mujer que acompañaba a uno de los asesinados. El suceso ocurrió el 2 de julio de 1998.

En la sentencia, la Audiencia de Madrid condena a Fernando Alberto R. V. a la citada pena por dos delitos de asesinato consumados, uno de intento de asesinato y otro de robo con intimidación, concurriendo en ellos la eximente incompleta de anomalía psíquica. El tribunal ha fijado el tiempo máximo d...

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La Audiencia de Madrid ha condenado a 38 años y nueve meses de prisión a Fernando Alberto R. V. como autor del doble crimen en el hostal Reyes Católicos (distrito Centro) y por el intento de asesinato de la mujer que acompañaba a uno de los asesinados. El suceso ocurrió el 2 de julio de 1998.

En la sentencia, la Audiencia de Madrid condena a Fernando Alberto R. V. a la citada pena por dos delitos de asesinato consumados, uno de intento de asesinato y otro de robo con intimidación, concurriendo en ellos la eximente incompleta de anomalía psíquica. El tribunal ha fijado el tiempo máximo de cumplimiento efectivo de la condena en 25 años. Asimismo, hace expresa reserva de las acciones civiles a la testigo protegida Margarita V., la joven a la que también intentó asesinar Alberto R. V., y a los familiares de las dos víctimas.

Fernando Alberto R. V. ha sido condenado a indemnizar al hostal donde se produjeron los hechos con 268.631 pesetas. Margarita V., que declaró durante el juicio tras una mampara que le impedía ver al acusado, explicó que el día del suceso, concretamente a las cinco de la madrugada del citado día, se dirigió al hostal Reyes Católicos, de Madrid, junto a Juan Ignacio A., y que allí se encontraron con el acusado, que encañonó a su compañero asegurando que era un atraco. Según la testigo, Juan Ignacio A., una de las víctimas mortales, entregó la cartera al acusado y éste les obligó a subir al rellano del primer piso del hostal, donde se encontraba el recepcionista del hostal, tirado en el suelo y con los pies y manos atados con cinta de embalar.

El procesado la tiró a ella también al suelo, le produjo dos cortes en el cuello con un objeto punzante, y, cuando estaba boca abajo, dijo: "Oí un disparo y sentí otro". Explicó que ella se hizo "la muerta", pero que, a pesar de ello, el agresor le propinó un pisotón, tras lo cual huyó.

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