Tribuna:

Recogida de beneficios

Las retiradas de beneficios, iniciadas el jueves, se prodigaron ayer en la Bolsa española, provocando un descenso del 1,02% en el índice general de Madrid. Los inversores han interpretado los primeros síntomas de cansancio en la evolución de Telefónica como un posible final de ciclo y han procedido a llevarse el dinero a casa, con lo que queda abierto antes de tiempo un proceso que se esperaba para la última semana del año.La contratación vuelve a ser uno de los datos positivos del día, aunque no ha llegado a niveles de récord. El mercado continuo negoció 256.648 millones de pesetas efectivas,...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Las retiradas de beneficios, iniciadas el jueves, se prodigaron ayer en la Bolsa española, provocando un descenso del 1,02% en el índice general de Madrid. Los inversores han interpretado los primeros síntomas de cansancio en la evolución de Telefónica como un posible final de ciclo y han procedido a llevarse el dinero a casa, con lo que queda abierto antes de tiempo un proceso que se esperaba para la última semana del año.La contratación vuelve a ser uno de los datos positivos del día, aunque no ha llegado a niveles de récord. El mercado continuo negoció 256.648 millones de pesetas efectivas, 1.542,48 millones de euros, de los que más del 50% se repartía entre cuatro sociedades. Repsol aportó varias operaciones concertadas que contribuyeron a mantener alto el listón, a pesar de tratarse de una jornada netamente vendedora.

A última hora de la tarde se conocieron los valores que van a formar parte del Ibex 35 para el próximo año y que coincidieron plenamente con lo que esperaba el mercado. TPI, Amadeus y Sogecable ocuparán el lugar dejado por Viscofán, Uralita y Puleva, repitiéndose en cierto modo los cambios que se produjeron recientemente en el índice Dow Jones de valores industriales de la Bolsa de Nueva York. Sociedades que representan a las nuevas tecnologías toman el relevo a las empresas industriales tradicionales, reflejando así la nueva composición del entramado empresarial y dándole al mercado un mayor dinamismo y volatilidad.

El mercado de deuda actuó en esta ocasión como refugio para una parte del dinero que abandonaba la renta variable y los precios subieron con fuerza, haciendo caer la rentabilidad a 10 años hasta el 5,15%.

El euro se mostró más débil que en las jornadas anteriores, con un cambio oficial de 1,0141 dólares, aunque en algunos momentos llegó a caer hasta 1,0110 dólares.

Archivado En