El caos en Barajas y un sabotaje a Renfe amargan el puente a miles de viajeros

El regreso del puente no pudo ser más caótico para decenas de miles de viajeros. A los ya habituales atascos a la entrada de las grandes ciudades, agravados en algunos casos por las densas nieblas, se sumaron ayer otros dos desastres: el aéreo y el ferroviario. En Barajas, la niebla se adueñó del aeródromo, pero además, entre las siete y cuarto y las ocho de la mañana, un fallo en el sistema ILS (instrumental landing system o sistema de aterrizaje instrumental), que hace posible el aterrizaje de aviones en condiciones de escasa visibilidad, complicó aún más las cosas. Las consecuencias las pad...

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El regreso del puente no pudo ser más caótico para decenas de miles de viajeros. A los ya habituales atascos a la entrada de las grandes ciudades, agravados en algunos casos por las densas nieblas, se sumaron ayer otros dos desastres: el aéreo y el ferroviario. En Barajas, la niebla se adueñó del aeródromo, pero además, entre las siete y cuarto y las ocho de la mañana, un fallo en el sistema ILS (instrumental landing system o sistema de aterrizaje instrumental), que hace posible el aterrizaje de aviones en condiciones de escasa visibilidad, complicó aún más las cosas. Las consecuencias las padecieron unos 40.000 pasajeros que quedaron en tierra. Un total de 159 vuelos fueron cancelados, tanto de salida como de llegada, y más de 800 sufrieron retrasos de varias horas. Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), el organismo dependiente de Fomento, ocultó el fallo hasta después de las tres de la tarde. El problema afectó, lógicamente, a decenas de vuelos procedentes de otras ciudades españolas, lo que provocó cancelaciones y retrasos en cadena. Miles de viajeros que habían elegido el tren para volver a casa no tuvieron mejor suerte. Poco antes de las siete de la tarde quedó cortado el suministro de energía en la estación de Castillejos (Toledo), punto clave para las conexiones entre Madrid, Andalucía y Levante. A primera hora de la noche eran ya 20 los trenes bloqueados, algunos a varios kilómetros de la estación. Más de 5.000 viajeros quedaron a bordo de los vagones. Decenas de ellos decidieron echar pie a las vías para llegar andando a la estación y esperar un taxi. A las dos de la madrugada, la situación era de desconcierto total. Renfe aseguró que el problema se debía a un sabotaje de empleados de la compañía. Los trabajadores habían anunciado que a medianoche iniciaban una huelga de 24 horas.

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