600.000 kilos de leña para recibir el 2000

Muchos valencianos aprovecharon este largo fin de semana para peregrinar en busca de las primeras nieves, pero en Canals (La Costera), el paréntesis laboral sirvió de prólogo a las fiestas patronales en honor a Sant Antoni Abat, que se celebran en enero.Siguiendo la tradición, cuando el reloj de la iglesia de Sant Antoni de Canals marcó de madrugada la entrada en el 8 de diciembre, un castillo de fuegos artificiales dio la señal para que la primera soca de lo que será una gran hoguera entrara en la plaza arrastrada por caballerías. Las reatas de las mulas las llevan el Bandera y el Cuirós, fes...

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Muchos valencianos aprovecharon este largo fin de semana para peregrinar en busca de las primeras nieves, pero en Canals (La Costera), el paréntesis laboral sirvió de prólogo a las fiestas patronales en honor a Sant Antoni Abat, que se celebran en enero.Siguiendo la tradición, cuando el reloj de la iglesia de Sant Antoni de Canals marcó de madrugada la entrada en el 8 de diciembre, un castillo de fuegos artificiales dio la señal para que la primera soca de lo que será una gran hoguera entrara en la plaza arrastrada por caballerías. Las reatas de las mulas las llevan el Bandera y el Cuirós, festeros mayores de Sant Antoni. Entre los aplausos y hurras del público, cuando la soca hace su entrada en la plaza con los dos festeros a lomos de los caballos de arrastre, el Bandera, título que ostenta este año Juan José Jiménez, exclama un sonoro vitol, en honor del patrón. Algunos atrevidos se montan sobre los troncos, e incluso se animan a arrastrarlos a pulso, evitando el uso de cualquier otro medio para acarrear los árboles y troncos que conforman la base de la hoguera de Sant Antoni. Mientras se sucedía la entrada en la plaza de leña y troncos, los entusiastas de la fiesta intentaban llegar a la Casa Abadía, ya que este año en la residencia del párroco se repartían cacahuetes y un sorbo de vino moscatel. Allí, los festeros instalaron el almacén desde donde se repartieron los alimentos que ayudan a combatir el frío.

Desde antiguo, la primera soca se ha convertido en una jornada más del calendario festivo de los canalenses. Pero además, la fiesta genera una expectación inusual en toda la comarca. El consumo de casi 500 litros de mistela y los más de 300 kilos de frutos secos lo demuestra. Según la organización, son un buen aliciente para que la plaza mayor llegue a albergar en el momento de la entrada de la soca a cerca de 2.000 espectadores.

Hasta el primer día del año próximo, los vecinos de Canals seguirán haciendo acopio de más de 600.000 kilos de leña. Porque los canalenses tienen una peculiar forma de celebrar la llegada del nuevo año: la plantà de la soca, que sirve de guía para construir una pira vegetal que llega a medir más de 20 metros de altura. La entrada de la soca ha puesto en marcha el reloj de todos los vecinos de Canals, que esperan la llegada del 16 de enero para caldearse alrededor de la primera hoguera del 2000.

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