Tras las rondas para los coches, ahora se invertirá en ferrocarril

Primero fue el coche y ahora le toca al ferrocarril. Los proyectos constructivos que Barcelona ha diseñado para los próximos 10 años sólo son equiparables en magnitud a lo que supuso la construcción de las rondas de Barcelona entre finales de los ochenta y principios de los noventa. Tanto en inversión (más de 600.000 millones de pesetas) como en mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. La incógnita que se plantean algunos responsables de estos planes no es si serán benéficos para la ciudad y su área metropolitana, sino saber si los ciudadanos aguantarán con estoicismo la nueva acometida...

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Primero fue el coche y ahora le toca al ferrocarril. Los proyectos constructivos que Barcelona ha diseñado para los próximos 10 años sólo son equiparables en magnitud a lo que supuso la construcción de las rondas de Barcelona entre finales de los ochenta y principios de los noventa. Tanto en inversión (más de 600.000 millones de pesetas) como en mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. La incógnita que se plantean algunos responsables de estos planes no es si serán benéficos para la ciudad y su área metropolitana, sino saber si los ciudadanos aguantarán con estoicismo la nueva acometida de las excavadoras.Pero el futuro, explicaba la semana pasada el máximo responsable del urbanismo barcelonés, Josep Antoni Acebillo, no pasa por seguir entregando espacio al coche privado sino por construir transporte público.

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El plan hasta el año 2010 incluye casi 150 kilómetros de nuevas vías férreas de carácter metropolitano, entre ampliaciones de líneas de metro y Ferrocarrils de la Generalitat, la construcción de la nueva línea 9 y la nueva línea de cercanías entre Mollet y El Papiol por el Vallès.

En realidad, se trata de construir un conjunto de rondas ferroviarias equivalente a las rondas para los coches. La línea del Vallès circularía paralela a la B-30; mientras que la línea 9 es un intermedio entre la Ronda de Dalt y la Ronda del Mig. Y siempre interconectadas con las líneas transversales y de penetración actuales.

El Secretario de Estado de Infraestructuras, Albert Vilalta explicaba todo esto hace la pasada semana resaltando que, por vez primera desde el siglo pasado, la inversión en línea férrea supera a la de la carretera.

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