214 muertos al caer un avión egipcio frente a la costa de Nueva York

El aeropuerto John F. Kennedy, de Nueva York, volvió a vivir ayer por tercera vez en cuatro años las escenas de dolor, ira y frustración de las familias de cientos de viajeros muertos en accidente aéreo al poco de despegar de la ciudad norteamericana. Doscientas catorce personas perecieron ayer al caer al mar un Boeing 767 de la compañía egipcia EgyptAir menos de una hora después de haber despegado rumbo a El Cairo. Los restos del aparato, que estalló en el aire sin emitir ningún mensaje, quedaron diseminados en una amplia zona.

Seis barcos, tres aviones y dos helicópteros rastreaban la...

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El aeropuerto John F. Kennedy, de Nueva York, volvió a vivir ayer por tercera vez en cuatro años las escenas de dolor, ira y frustración de las familias de cientos de viajeros muertos en accidente aéreo al poco de despegar de la ciudad norteamericana. Doscientas catorce personas perecieron ayer al caer al mar un Boeing 767 de la compañía egipcia EgyptAir menos de una hora después de haber despegado rumbo a El Cairo. Los restos del aparato, que estalló en el aire sin emitir ningún mensaje, quedaron diseminados en una amplia zona.

Seis barcos, tres aviones y dos helicópteros rastreaban la zona en la que de madrugada cayó al mar el avión, en el que viajaban 129 norteamericanos y 62 egipcios, entre otras nacionalidades. El servicio de guardacostas de EEUU descartó a media tarde que hubiera supervivientes, por lo que los esfuerzos del rescate iban dirigidos a recuperar cadáveres y restos del Boeing. El avión desapareció repentinamente de los radares a los 55 minutos de despegar. En ese momento volaba a la altura normal de 33.000 pies (10.000 metros). El radar detectó que en 24 segundos el Boeing cayó hasta los 19.000 pies, lo que un experto definió como "una caída fuera de control". Todo fue tan instantáneo que los pilotos no tuvieron tiempo de emitir ningún mensaje. La amplia diseminación de restos indicaba que "se produjo un importante fallo estructural, que pudo deberse a diversas causas: mecánicas, fallo eléctrico, bombas o algún tipo de explosión". El FBI comunicó que no tenía noticias de amenazas de bomba ni que nadie se hubiera atribuido la responsabilidad del suceso. Éste es el cuarto accidente que se produce en la zona desde 1996, con un balance total de casi setecientos muertos. Tres de los siniestros fueron de aviones de pasajeros, y el cuarto, de una avioneta, que costó la vida el pasado verano a John Kennedy Jr. y su familia. Rudolph Giuliani, el alcalde de Nueva York, subrayó la fatalidad que se cierne sobre el aeropuerto: "Desgraciadamente, es algo en lo que tenemos experiencia".

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