Muere el hombre que cayó al vacío en la ocupación de un teatro de Valencia

José Luis Enguídanos, el hombre de 33 años que cayó al vacío en la madrugada del viernes durante la ocupación de un teatro abandonado de Valencia que fue desalojado por la Policía, falleció ayer a las 9.00 en el Hospital General. A esa hora, los médicos le hicieron un electroencefalograma, que resultó plano, y diagnosticaron su muerte cerebral.El cirujano detalló que al caer se golpeó la cabeza y sufrió un traumatismo craneoencefálico severo con hemorragia cerebral que le hizo entrar en coma. Temía que falleciera desde la noche anterior por la gravedad de sus heridas. La familia ha donado sus ...

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José Luis Enguídanos, el hombre de 33 años que cayó al vacío en la madrugada del viernes durante la ocupación de un teatro abandonado de Valencia que fue desalojado por la Policía, falleció ayer a las 9.00 en el Hospital General. A esa hora, los médicos le hicieron un electroencefalograma, que resultó plano, y diagnosticaron su muerte cerebral.El cirujano detalló que al caer se golpeó la cabeza y sufrió un traumatismo craneoencefálico severo con hemorragia cerebral que le hizo entrar en coma. Temía que falleciera desde la noche anterior por la gravedad de sus heridas. La familia ha donado sus órganos.

La Policía dijo que Enguídanos cayó de la platea al patio de butacas al recibir un empujón involuntario de una joven okupa que corría presa del pánico. La Policía había cercado el teatro Princesa y disparaba pelotas de goma. Una situación que alarmó a algunas personas del medio centenar que estaban en el teatro y "creían haber acudido a una fiesta, no a una ocupación", según ratificó una de sus abogadas.

En la madrugada de ayer, mientras 51 detenidos dormían en los calabozos, los bomberos tuvieron que sofocar 20 pequeños incendios en la ciudad. Todos provocados; algunos con cócteles molotov. Ardieron un furgón de la Policía Local, un cajero automático y 18 contenedores. La Policía vincula estos actos de vandalismo con los okupas.

Libertad con cargos

Tras una estancia de 30 horas en los calabozos, los detenidos pasaron en la tarde de ayer a disposición de la juez de guardia, la suplente del Juzgado de Instrucción número 9 de Valencia. Todos se negaron a responder a sus preguntas, por lo que las comparecencias no rebasaron los cinco minutos. La juez dictó autos de libertad con cargos (atentado contra agentes de la autoridad, daños a 10 vehículos junto al teatro y usurpación de una propiedad) a los que comparecieron hasta el cierre de esta edición, aproximadamente la mitad, y se esperaba que hiciera lo mismo con el resto.

El primer furgón de detenidos partió de la Jefatura Superior de Policía poco después de las cuatro de la tarde. A su salida, el centenar de amigos y familiares que llevaban todo el día concentrados con pancartas, corearon consignas del tipo: "Un desalojo, otra ocupación" y "Libertad, libertad".

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En ese primer furgón viajaban las 11 mujeres detenidas, con edades de 17 a 25 años. El furgón tuvo que efectuar varios viajes para trasladar a los 51 detenidos al juzgado.

Las mujeres fueron las primeras en salir del juzgado sobre las 17.00. Varias decenas de personas formaron una barrera humana bajo el fuerte aguacero que caía para ocultarlas de las cámaras. Luego empezaron a salir los hombres. Entre todos tranquilizaron a los padres: "No os telefoneamos porque nos dijeron que saldríamos enseguida y luego no nos dejaron llamar", se excusaron y denunciaron que estaban hacinados en las celdas, y que el primer día sólo les dieron de cenar e iban al baño cada seis horas.

Los padres respaldan en su mayoría la ocupación de espacios degradados que protagonizan sus hijos y se quejan de que la Policía les ha tratado "como a los de Jarrai" y les ha tenido 30 horas en los calabozos para "darles un escarmiento".

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