Crítica:TEATROCRÍTICA

Indicios de Brecht

Galileo De Bertold Brecht, en traducción de Miguel Sáenz. Intérpretes, Manuel de Blas, Paca Ojea, Carles Montoliu, Juan Mandli... Iluminación, Rafael Mojas, Félix Garma. Vestuario y máscaras, Sue Plummer. Escenografía, Dino Ibáñez. Dirección musical, Joan Cerveró. Dirección, Santiago Sánchez. Teatro Principal. Valencia, 13 de octubre.

Ya dijimos en su día que el diseño escenográfico de Dino Ibáñez, colaborador habitual de Els Joglars, era medio espectáculo de este montaje que Santiago Sánchez ha tenido el arrojo de poner en pie. Ese delicado trabajo que sugiere mediante suaves líneas el...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Galileo De Bertold Brecht, en traducción de Miguel Sáenz. Intérpretes, Manuel de Blas, Paca Ojea, Carles Montoliu, Juan Mandli... Iluminación, Rafael Mojas, Félix Garma. Vestuario y máscaras, Sue Plummer. Escenografía, Dino Ibáñez. Dirección musical, Joan Cerveró. Dirección, Santiago Sánchez. Teatro Principal. Valencia, 13 de octubre.

Ya dijimos en su día que el diseño escenográfico de Dino Ibáñez, colaborador habitual de Els Joglars, era medio espectáculo de este montaje que Santiago Sánchez ha tenido el arrojo de poner en pie. Ese delicado trabajo que sugiere mediante suaves líneas el Renacimiento italiano y el poder de la Iglesia al mismo tiempo, resuelto en módulos independientes y practicables, gana justamente en presencia y significado en el escenario del Principal. La otra mitad sigue siendo la interpretación de Manuel de Blas, que, como es lógico, alcanza las proporciones que le son propias en un espacio más acorde a su enorme medida de actor.En favor de este Galileo, ahora revisitado, hay que mencionar la osadía de Santiago Sánchez (el salto cualitativo, al menos de propósito, entre la reiterada facilidad de Imprebis y este Brecht es considerable) al enfrentarse como director a un texto de esta envergadura y el hecho de que en su producción se haya abierto a colaboraciones no muy frecuentes en las compañías valencianas, así como la decisión, valiente también, de dirigir a un actor como Manuel de Blas que, a estas alturas, asume más riesgos que posibles recompensas al intervenir en un proyecto de esta clase. También, claro, la oportunidad de recordar, ante la reivindicación oblicua del Brecht cabaretero, que este texto mayor de la producción brechtiana también existe.

Y en contra hay que apuntar una seria descompensación entre el diseño de las escenas severas y el de las más relajadas, así como una cierta ausencia de solemnidad en los pasajes que más lo requerirían.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En