EL PAÍS ofrece desde mañana una colección de 16 láminas con los mejores cuadros de Velázquez

Velazquez está de moda. Cuatrocientos años despues de su nacimiento, la ciudad que le vió nacer, Sevilla, rinde tributo a uno de los más grandes genios de la pintura de todos los tiempos. La Consejería de Cultura ha elaborado un denso programa de actividades en torno a Velazquez. EL PAÍS quiere sumarse al homenaje al ilustre pintor. Para ello hemos diseñado un álbum que contiene 16 láminas con otras tantas obras magistrales del pintor andaluz. Mañana se entregarán, con el ejemplar del periódico y sin coste adicional alguno, la carpeta y las dos primeras láminas de la colección.

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Velazquez está de moda. Cuatrocientos años despues de su nacimiento, la ciudad que le vió nacer, Sevilla, rinde tributo a uno de los más grandes genios de la pintura de todos los tiempos. La Consejería de Cultura ha elaborado un denso programa de actividades en torno a Velazquez. EL PAÍS quiere sumarse al homenaje al ilustre pintor. Para ello hemos diseñado un álbum que contiene 16 láminas con otras tantas obras magistrales del pintor andaluz. Mañana se entregarán, con el ejemplar del periódico y sin coste adicional alguno, la carpeta y las dos primeras láminas de la colección.

Velazquez: el arte de mirar es el título de una de las tres exposiciones que la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía ha organizado en honor del pintor sevillano. Ese es tambien el título de la serie de 16 láminas que conforman la colección que EL PAÍS inicia mañana sábado con otras tantas reproduciones de los más importantes cuadros de Diego Rodríguez de Silva y Velázquez. Las láminas tienen unas dimensiones de 230 x 294 centímetros. Mañana, con el ejemplar del periódico, se entregarán las dos primeras, Retrato de hombre joven (Autorretrato) y La Adoración de los Reyes Magos, junto con una elegante carpeta que servirá para guardar la colección. En los próximos 14 sábados se entregaran otras tantas láminas con obras tan fundamentales como Las meninas, Los borrachos, Fábula de Aracne (Las hilanderas), La rendición de Breda, o los retratos ecuestres de Felipe IV y del Príncipe Baltasar Carlos. Por supuesto, no podía faltar una muestra de los cuadros que Velazquez pintó en su ciudad, como Vieja friendo huevos y El aguador de Sevilla.

Cada lámina lleva en su reverso una explicación didáctica que hace referencia a la biografía del pintor y a las caracteristas principales de cada obra.Para la elaboración de estos textos se ha contado con los expertos convocados por la Consejería de Cultura, quienes desde hace casi tres años han estado trabajando en el programa del Año Velázquez, que incluye, además de tres exposiciones, conferencias y otros eventos culturales en torno a la vida y la obra del pintor.

La Consejería de Cultura y la Caja de Ahorros El Monte han coloborado como copatrocinadores de esta interesante colección, que sin duda será bien acogida por los lectores de EL PAÍS. Se suma así este periódico al Año Velázquez, sin duda alguna el acontecimiento cultural más importante registrado en la región, algunas de cuyas manifestaciones, como la exposición Velázquez y Sevilla, inaugurada por los Reyes de España el pasado día 1, han tenido una impresionante acogida por parte del público. Hasta el día de ayer, más de 30.000 personas habían visitado la muestra, que reune por vez primera, y posiblemente última, 20 de los 28 cuadros que el artista pintó en su ciudad, entre 1617 y 1623, antes de trasladarse a la capital del reino, Madrid, para ser pintor de la corte.

La muestra, que estará abierta hasta el 12 de diciembre en el monasterio de La Cartuja de Santa María de las Cuevas, cuenta también con dos de las primeras obras que el artista realizó en la corte: Retrato de Felipe IV y Retrato del conde duque de Olivares, dos de los personajes más influyentes en la carrera del sevillano. En total son 22 lienzos de Velázquez y 80 obras -entre pinturas, esculturas, libros y dibujos- de sus predecesores y coetáneos.

Además de otras muestras de grabados y poesía en torno al pintor, el año dedicado al artista terminará con el Simposio Velázquez, que se celebrará en La Cartuja entre el 8 y el 11 de noviembre y reunirá en Sevilla a los mejores especialistas internacionales en el artista. Enriqueta Harris, Jonathan Brown, Fernando Marías, Delfín Rodríguez y Fernando Checa se ocuparán de algunas de las secciones en las que se ha dividido el simposio.

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Una exposición recrea la biblioteca del pintor

La exposición De la pintura y las letras: la biblioteca de Velázquez, inaugurada ayer en la Casa Museo de Murillo, en Sevilla, por la consejera de Cultura, Carmen Calvo, reúne 101 libros de la época del pintor que recrean su biblioteca personal, ya que el 75% de los ejemplares expuestos son títulos que figuran en el inventario de su testamento, que registra 154 volúmenes. Una cantidad considerable en aquel tiempo, según destacó el comisario de la muestra, Pedro Ruiz Pérez, que explicó que la auténtica biblioteca de Velázquez salió en almoneda a su muerte. "Las legaciones de libros sólo se daban en la institución del mayorazgo", indicó, "aunque es posible que algunos de éstos hayan pasado por sus manos".Los ejemplares, tasados en 150 millones de pesetas, proceden de la Biblioteca Universitaria de Sevilla, la Biblioteca Pública de Córdoba, el Palacio de Viana - que presta un tratado de anatomía de Andrea Vesalio en edición de 1725 valorado en tres millones de pesetas- y del coleccionista cordobés Manuel Ruiz Luque. Entre los volúmenes que contiene la exposición, muchos de ellos en latín y de carácter científico, figuran manuales históricos como Latina Historia, de Tito Livio (Basilea, 1531), libros de geometría, perspectiva, cosmografía, arquitectura e iconografía, así como de anatomía con ilustraciones del cuerpo humano que, según Ruiz, le servían a Velázquez para retratar a sus personajes.

Obras de Euclides, Copérnico, La Historia Natural de Plinio o textos de astrología aparecen junto a un ejemplar de Antigüedades de la ciudad de Sevilla, de Rodrigo Caro, o el Arte de la pintura, de Francisco Pacheco, su maestro y suegro. Los libros del pintor que figuran en su testamento se encontraban en las salas de palacio donde trabajaba. Quedan fuera de esta relación las obras de religión o las novelas, "género éste condenado por la Inquisición", pero que se sospecha que pudo tener en su dormitorio. La muestra, abierta hasta el 14 de noviembre, se completa con obras de poetas y pintores sevillanos de la época.

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