Tribuna:

El más puro estilo Camacho

Camacho al más puro estilo Camacho. El que ayer compareció ante los medios de comunicación fue un Camacho muy reconocible: el verbo castizo, el aspecto de cabreo permanente (el enfado no es real, pero lo parece). Las frases secas y rápidas, poco elaboradas, poco vocalizadas, y con un punto de gracia. Y el cuerpo, en constante movimiento sobre la silla. Chulería simpática, que dicen sus amigos. Una fotocopia, en suma, de su propia caricatura en los guiñoles de Canal +. La conferencia de prensa se llenó de sus perlas. Y la mejor, cuando se le preguntó si entendía la amenaza de retirada de Anelka...

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Camacho al más puro estilo Camacho. El que ayer compareció ante los medios de comunicación fue un Camacho muy reconocible: el verbo castizo, el aspecto de cabreo permanente (el enfado no es real, pero lo parece). Las frases secas y rápidas, poco elaboradas, poco vocalizadas, y con un punto de gracia. Y el cuerpo, en constante movimiento sobre la silla. Chulería simpática, que dicen sus amigos. Una fotocopia, en suma, de su propia caricatura en los guiñoles de Canal +. La conferencia de prensa se llenó de sus perlas. Y la mejor, cuando se le preguntó si entendía la amenaza de retirada de Anelka porque, con 20 años, ya no se divierte: "Pues... Es que el fútbol es lo que más me gusta en la vida. A mí de aquí me va a tener que sacar la guardia civil. Yo con 20 años tuve una lesión muy importante, como para pensar que tenía que dejar el fútbol, y seguí". Le salió también su vena castiza cuando se le interrogó por las consecuencias que podría tener para el equipo una posible derrota ante Chipre. "¿Qué consecuencias? Claro, como aquí gano la Copa de Europa antes de empezar... de clasificarme... Si viene Chipre y nos gana, pues nos ha ganado, tío". Y añadió: "Es que yo voy partido a partido, no quiero anticiparme. Vendo presente, no futuro. Pero sé de qué va esto. Si pierdo un partido me van a dar por todos lados. Como aquí opina todo el mundo..."

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Los que más le conocen dicen que Camacho se siente incómodo ante los micrófonos. Y que no le gusta contestar ni las preguntas puramente futbolísticas, las que teóricamente apuntan más hacia el terreno que domina. Ayer lo demostró. ¿Tiene la sensación de que Míchel Salgado y Etxeberria, juntos en la banda derecha, empieza a ser un problema? "Yo hasta ahí no llego", contesta con ademanes, como no dando crédito que sea precisamente un entrenador el que tenga que escuchar ese tipo de preguntas. Más: cuando Etxeberria se ha pasado al costado izquierdo, como ha sucedido en los dos últimos partidos, la selección ha funcionado mejor. Más gestos: "A un jugador si no se le están dando bien las cosas por un lado se va al otro. Pero Etxeberria no es un zurdo, zurdo. Y tampoco son jugadores de llegar y centrar". Y la última: fue usted el que cambió de banda a Etxeberria tras el descanso de los dos últimos partidos. "No sé, yo no me di cuenta del cambio. Son circunstancias del partido. En ese momento, le tengo que cambiar al otro lado y lo cambio".

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