Tribuna:

Fin de las vacaciones

El mercado de valores español se despegó del resto en la sesión de cierre semanal. Una vez constatada la falta de consistencia de los temores a un agosto desastroso, los inversores comienzan a tomar posiciones, aunque todavía de forma muy selectiva. El único problema que van a encontrar los inversores que se sumen al proceso en los próximos días es que los índices están un 6,66% por encima del nivel de julio, cuando se anunciaba la catástrofe.Los primeros compases de esta sesión fueron negativos, como consecuencia del descenso de la Bolsa de Nueva York del día anterior. La presencia de un dine...

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El mercado de valores español se despegó del resto en la sesión de cierre semanal. Una vez constatada la falta de consistencia de los temores a un agosto desastroso, los inversores comienzan a tomar posiciones, aunque todavía de forma muy selectiva. El único problema que van a encontrar los inversores que se sumen al proceso en los próximos días es que los índices están un 6,66% por encima del nivel de julio, cuando se anunciaba la catástrofe.Los primeros compases de esta sesión fueron negativos, como consecuencia del descenso de la Bolsa de Nueva York del día anterior. La presencia de un dinero muy selectivo fue presionando poco a poco sobre los índices y enseguida la bolsa española destacaba del conjunto. El índice general de Madrid ha ganando en esta jornada el 1,24% y roza el nivel del 900, a pesar de que la contratación en el mercado continuo fue menor que la de los tres días anteriores. El mercado parecía moverse en circuito cerrado y ni siquiera una apertura llena de dudas en Nueva York consiguió frenar el proceso.

El mercado estadounidense volvió a verse sorprendido por Alan Greenspan, que recordó la "burbuja especulativa" de los mercados al aludir a la dificultad de medir la presión del "efecto riqueza" -generación de beneficios bursátiles- sobre el consumo y que los bancos centrales deben prestarle más atención al fenómeno. Greenspan coincide en pocos días con los avisos del FMI y con el BCE sobre este asunto, pero los inversores siguieron tranquilamente con sus cosas.

El mercado continuo negoció 95.820 millones de pesetas efectivas, 575,89 millones de euros, que sirvieron para situar al Ibex 35 por encima de los 10.000 puntos y al índice madrileño casi en 900.

La deuda mostraba una retirada de beneficios que llevó la rentabilidad hasta el 5,07%, desde el 5,02% del jueves, y Wall Street, finalmente, acusó las advertencias de Greenspan con una pérdida del 0,97% y cerró en 11.090,10 puntos.

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