Tribuna:LA PAELLA DE LAS VANIDADES - GUILLEM MARTÍNEZ

Oropesa sur mer

- Vuelo sobre el amor y la muerte. Estoy en Palma y me voy pitando -ándale-ándale- a Oropesa, que hoy llega su gran ideólogo. Cuando el avión sobrevuela la mar salada, el aparato hace unos extraños y todo el mundo grita aterrorizado. Una señora, en pleno ataque de canguelo, coge mi mano en vez de la mano de su marido, que está al lado. Meditación: ante el terror, uno nunca sabe si es uno mismo o todo lo contrario. Bueno. Valencia. Tren a Oropesa. Taxi a Les Platgetes. Allí me espera María, corresponsal de la casa en esta zona de la galaxia. No nos conocemos personalmente, de manera que ...

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- Vuelo sobre el amor y la muerte. Estoy en Palma y me voy pitando -ándale-ándale- a Oropesa, que hoy llega su gran ideólogo. Cuando el avión sobrevuela la mar salada, el aparato hace unos extraños y todo el mundo grita aterrorizado. Una señora, en pleno ataque de canguelo, coge mi mano en vez de la mano de su marido, que está al lado. Meditación: ante el terror, uno nunca sabe si es uno mismo o todo lo contrario. Bueno. Valencia. Tren a Oropesa. Taxi a Les Platgetes. Allí me espera María, corresponsal de la casa en esta zona de la galaxia. No nos conocemos personalmente, de manera que nos identificamos por nuestros meñiques -los chicos y chicas País no podemos doblar el meñique-. Le doy una ensaimada con DOC Mallorca, que le traigo de Palma. Ella me dice: "Aznar azaba de llegar, Zizem". No es que hable raro, es que le está dando a la ensaimada. Me explica la llegada de Aznar, que ha sido posiblemente la primera metáfora de este verano. De hecho, llovía a cántaros, y sus primeras palabras fueron: "Hoy hace un día fantástico". En este punto, la conversación queda ensordecida por una segunda metáfora. Por la tele echan un partido del Real Madrid. El público del local en estos momentos está compuesto mayoritariamente por escoltas del presi vestidos de incógnito -bermudas, riñonera, polo con la bandera del país favorito de la Divina Providencia-. El Madrid marca un gol, y la sala se llena de gritos de alegría y mixed emotions.- Las metáforas. Al otro día -por ayer-, Aznar empieza técnicamente sus vacaciones. Con acopio de medios y con una misa. En la capilla de la urbanización. Era la última misa del señor cura en este biotopo, de manera que en su homilía hizo un balance de cierre de periodo. Es más, a los 15 segundos de homilía dijo que: a) no cobraba un duro, que b) no cobraba un duro -lo dijo dos veces-, que c) los beneficios netos del último ejercicio veraniego fueron sólo de unas 400.000, que d) en el cepillo, snif, nadie deja billetes de un importe superior a las 1.000 calas, y que e) no miro a nadie. Con acopio de profesionalidad, el cura hizo aquí punto y seguido, y acometió un Credo a capella, que fue coreado por el público. Apuntes visuales: la mayoría de las señoras llevaban pikies. Apuntes escénicos. Jackie Botella no asistió al oficio. Cabe la posibilidad de que tuviera la peineta en la revisión de los 10.000 kilómetros

- Pareo. Últimas tendencias. Algunas horas después se realiza el segundo acto festivo del día. Se trata del primer baño del año del presidente. El primero en agua salada, se supone. Mientras sale o no sale Aznar, la playa de Les Platgetes se llena de sus periodistas y de sus usuarios. Notas visuales sobre los usuarios. Priman las señoras. Entre las señoras priman los pareos. Entre los pareos priman diversos estilos, aunque con una marcada tendencia al cultivo de la talla XL. Entre los caballeros, la opción más concurrida es el bañador holgado, modelo darling-he-encogido-el-paquete. Sólo localizo a un señor con un telúrico bañador del tipo mírame-la-minga-Dominga-que-vengo-de-Francia. Se trata del camuflaje de un poli, que refuerza con un polo en cuyo cuello se ve la bandera del país favorito de etcétera. Hay muchas señoras embarazadas. Por lo que se ve, esta playa es como la clínica Dexeus, pero en playa. Por fin aparecen los Aznar. Ella avanza con un pareo modelo Follie-Talibane, hasta los tobillos, que contrasta con el modelo Délire-en-Iran, más cortito y más abundante en estas arenas. Hoy, ya veremos mañana

- El nadador. Aznar y Botella dan manos y besitos. Botella está más por la faena. Cuando alguien se acerca a buscar un mensaje en la Botella, ella va y se lo da. Aznar, por su parte, tras dos stops en los que ejerció cierto compadreo de ascensor, se metió en el agua en el más puro estilo ay-uy. Nadó hasta llegar a una lancha de la poli, se subió en ella y se fue arreando. La cosa tuvo más estética de fuga de Alcatraz que de baño. Sea como sea, luego volvió y acometió un segundo baño, más aplaudido por la crítica, pues resultó coreográficamente más complicado. Él persistió en el estilo ay-uy, y ella improvisó una serie de saltitos, no exentos de gracia, coincidiendo con cada ola. Luego volvieron a la arena de Les Platgetes, que a su vez es otra metáfora. Mañana se la explico.

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