El PSOE "no regateará esfuerzos" para evitar que el GIL esté en el Gobierno de Melilla

El PSOE "no regateará esfuerzos" para que en Melilla haya un gobierno de "concentración democrática" y evitar así que el partido de Jesús Gil esté en el Ejecutivo de la ciudad autónoma. Este principio genérico de "responsabilidad", expresado ayer por el portavoz del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, permite augurar que los socialistas se sumarán al pacto entre PP, UPM y PIM para presentar una moción de censura contra el Gobierno de Mustafa Aberchan y el GIL. La moción, su discusión y registro, ha sido aplazada unos días por trabas políticas, burocráticas y legalistas.

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El PSOE "no regateará esfuerzos" para que en Melilla haya un gobierno de "concentración democrática" y evitar así que el partido de Jesús Gil esté en el Ejecutivo de la ciudad autónoma. Este principio genérico de "responsabilidad", expresado ayer por el portavoz del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, permite augurar que los socialistas se sumarán al pacto entre PP, UPM y PIM para presentar una moción de censura contra el Gobierno de Mustafa Aberchan y el GIL. La moción, su discusión y registro, ha sido aplazada unos días por trabas políticas, burocráticas y legalistas.

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"Seremos responsables pese al autoritarismo de Javier Arenas", dijo Pérez Rubalcaba refiriéndose a los métodos utilizados por el secretario general del PP para comunicar al PSOE el acuerdo anti- GIL de Melilla. El escrito fue remitido al PSOE por fax cuando ya se había suscrito.Pero antes de llegar al análisis de esos procedimientos, los partidos firmantes del pacto y los representantes de la gestora que rige ahora al PSOE en Melilla se reunieron en la tarde de ayer para sortear algunos de los problemas legales, burocráticos y políticos con que se tropiezan. La cita se programó en la sede local del PSOE, en parte en "desagravio" por el hecho, mal digerido por ese partido, de que el acuerdo entre los demás se plasmase el jueves en la sede nacional del PP. PP, PSOE, Unión del Pueblo Melillense y Partido Independiente de Melilla, que suman 13 concejales frente a los 12 de Coalición por Melilla y el GIL, se autoconvocaron para estudiar la situación reglamentaria de los dos nuevos representantes socialistas que sustituirán a los que dimitieron tras provocar la investidura de Aberchan al votarle en contra del mandato de su partido. La Junta Electoral de Melilla decidió ayer retirar la validez de las credenciales que esos nuevos ediles del PSOE, Javier de Pro y Rafael Hernández, tramitaron el 15 de julio en cuanto renunciaron sus antecesores (Ramón Dobaño y Malika Mohamed). La Junta dice que no se ha seguido el procedimiento correcto, al no esperar un pronunciamiento oficial del pleno sobre la dimisión de sus compañeros.

Reunión en el PSOE local

Esta doctrina de la Junta era rebatida ayer por el presidente local del PP, el ex alcalde Ignacio Velázquez, uno de los valedores del acuerdo anti-GIL, con el artículo 18, apartado e, del Reglamento de la ciudad por el que se acepta la pérdida de la condición de concejal con su renuncia sólo ante la Mesa del Ayuntamiento, algo que sí se hizo.

Al margen de este inconveniente, que podría resolverse la próxima semana, el alcalde Aberchan eludió convocar con los dos días de antelación preceptivos el pleno para que esos ediles tomasen posesión de sus cargos este próximo lunes, como estaba previsto. Adujo razones técnicas y que algunos ediles, precisamente los que firmaron en Madrid el acuerdo sobre su moción de censura, no estaban en Melilla.

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Sobre los escollos políticos de esta moción en ciernes, el portavoz de la Ejecutiva Federal del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, se preguntó si, pese al publicitado pacto, verdaderamente hay un acuerdo entre los firmantes sobre el futuro presidente: Juan José Imbroda de UPM o Enrique Palacios del PIM. "La disputa entre ellos fue lo que hizo fracasar la negociación hace 15 días", recalcó.

Este asunto no estaba ayer en el orden del día de estos partidos aún en la oposición. Se aplaza, junto al reparto de carteras de su hipotético gobierno, para cuando tomen posesión los dos concejales del PSOE. El presidente de la gestora de ese partido, Rafael Villuendas, se negó a adelantar si entonces apoyarán la censura y dejó abierta la puerta para coordinarse "sólo como oposición".

Los socialistas, tras sentirse desairados por el pacto hecho "a su espalda", seguían ayer resistiéndose a sumarse. Y tampoco facilitaba mucho las cosas que sus quejas por las formas de Arenas en esta ocasión fueran respondidas por éste con apelaciones al problema "público y notorio de división interna en el PSOE sobre el GIL", en referencia a que el ex presidente Felipe González dijo que a ese partido había que ganarle en las urnas y no en los despachos. Arenas comentó eso en El Escorial, y agregó que el PSOE es el culpable de la situación creada en Melilla y ahora está buscando "excusas" para no desvelar si se suma al acuerdo anti-GIL. En el Escorial, González, el jueves, aclaró que el pacto en Melilla le parecía bien.

En el PSOE, ese tipo de frases de Arenas encrespa más. Pese a todo, Rubalcaba intenta despejar el camino para que su partido apoye la moción: "Cuanto menos tiempo esté el GIL en las instituciones, mejor; y por eso no regatearemos esfuerzos para que lo que hemos propiciado en Ceuta, y en otras ciudades, facilitando el gobierno del PP y desbancando al GIL, ocurra también en Melilla".

"Arenas se cree que ha hecho una jugada maestra de gran brillantez", ironizó Rubalcaba. Los socialistas transmitían ayer que el PP "necesitaba" aparecer como promotor de "algún acuerdo" tras fracasar su política de pactos con el PAR en Aragón y con Unión Mallorquina en Baleares. "Arenas nos excluye de unas conversaciones que eran de cuatro partidos y de repente se componen de tres y llaman al cuarto para que firme, como si se tratara de un trágala", remachó Rubalcaba. Arenas reconoce que con el pacto en la sede del PP habían "cogido por sorpresa" al PSOE. También destacó Arenas con la boca pequeña que no entendía el enfado del PSOE. Y lo que no aceptaba muy bien Rubalcaba era que el secretario general del PP les achacase no definirse sobre el GIL, cuando "aquí el único que ha pactado en España con el GIL es el señor Arenas, por lo que le pido que no calumnie y que no mienta y más bien que explique el pacto del caviar y del Vega Sicilia". Aludía así a los alimentos consumidos en una cena entre Gil y Arenas, en 1995, en la que se negoció el gobierno de la mancomunidad de municipios de la Costa del Sol.

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