verano 99

Sierra Nevada, a tumba abierta

Más de mil corredores participan en el Campeonato de España de Bicicleta de Montaña

"Para hacer esto no hay que estar loco. Eso no es más que un tópico que existe sobre nosotros. Lo único necesario es fe: en ti, en tu máquina y en Santa Rita, patrona de los imposibles". Iván Oulego bromea. Es lo mínimo que se puede hacer antes de emprender un viaje descabellado sobre una bicicleta: 3,5 kilómetros de descenso por las faldas del pico Veleta, en el que rozará velocidades de 90 kilómetros por hora en pendientes pedregosas y llenas de obstáculos que superan el 15% de desnivel. Todo sin más protección que un casco, unas coderas, unas rodilleras y una arroba de la mencionada fe. Ivá...

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"Para hacer esto no hay que estar loco. Eso no es más que un tópico que existe sobre nosotros. Lo único necesario es fe: en ti, en tu máquina y en Santa Rita, patrona de los imposibles". Iván Oulego bromea. Es lo mínimo que se puede hacer antes de emprender un viaje descabellado sobre una bicicleta: 3,5 kilómetros de descenso por las faldas del pico Veleta, en el que rozará velocidades de 90 kilómetros por hora en pendientes pedregosas y llenas de obstáculos que superan el 15% de desnivel. Todo sin más protección que un casco, unas coderas, unas rodilleras y una arroba de la mencionada fe. Iván es uno de los más de mil ciclistas que participan en el Campeonato de España de Bicicletas de Montaña que hoy comienza en Sierra Nevada. La estación granadina ha vuelto a cambiar este verano los esquís por las dos ruedas. Los dos últimos años ha acogido sendas pruebas de la Copa del Mundo de Mountain Bike, y la competición de este fin de semana servirá de preparativo para la gran cita del 2000: el Campeonato del Mundo. La gran caravana de la más importante competición nacional, compuesta por casi 4.000 mil personas, llegó a Pradollano el pasado jueves. Ayer, los corredores se dedicaron a reconocer el terreno y a entrenarse para las tres pruebas que componen el Campeonato de España. Pero será hoy sábado, a partir de las 10.00, cuando disputen el vertiginoso descenso y, a las 18.00, el llamado eslalon dual. La competición se completará mañana con el rally, una carrera campo a través en un circuito cerrado. La elección de la estación invernal granadina para albergar el campeonato se debe, según los organizadores, a sus buenas infraestructuras y a las condiciones idóneas para la práctica del deporte de la bicicleta. "Las pistas de descenso y de rally están entre las mejores del circuito mundial. Y, además, Granada tiene el valor añadido de un clima fantástico", asegura Diego Muñoz, responsable de la empresa organizadora Last-Lap. La altitud dificulta Para Muñoz, el único inconveniente de esta sede es la falta de vegetación "que le resta atractivo estético". Algunos corredores, como el propio Iván Oulego, añaden a este pero la altitud, que, sin embargo, "incrementa la dureza de los recorridos". La primera prueba a la que deben enfrentarse los participantes es el descenso. Ellos no le encuentran la gracia a la expresión a tumba abierta. "Aunque define muy bien esta carrera", reconocen. La salida se encuentra en la cota 2.675, en la falda del pico Veleta. Desde allí se lanzan y casi no gastan freno hasta cuatro minutos después, en la meta, situada a 2.144 metros de altitud. "En tres kilómetros y medio bajas 531 metros de desnivel a una velocidad media que ronda los 50 kilómetros por hora", según describe Muñoz el trazado. Por el camino, los ciclistas evitan baches y trazan curvas imposibles. "Muchos de los inscritos se conforman con llegar a la meta enteros y sin salirse del camino balizado. Algo que no está al alcance de los aficionados", señala el organizador. Durante los entrenamientos, los corredores toman precauciones y bajan despacio. Aun así, a los servicios médicos no les faltó trabajo, que aumentará en los días de competición. "Sin embargo, este deporte es menos peligroso de lo que parece", asegura Covadonga González. Esta gallega es una de las 80 mujeres que participan en el campeonato. Ella atribuye precisamente al recelo el escaso interés de las jóvenes españolas por la bicicleta de montaña. "En nuestro país, la participación femenina es muy inferior a la de Estados Unidos o algunas naciones de Europa central. Y de la calidad mejor ni hablar", reconoce. Eslalon La presencia de mujeres es algo mayor en el eslalon. Esta carrera corta, apenas 250 metros, exige un gran equilibrio y una potencia de piernas explosiva. Se disputa por eliminatorias espectaculares. Dos corredores parten a la vez en calles paralelas y se clasifica para la siguiente ronda el primero que cruza la meta. Si es que llega alguno. La posibilidad de catar el polvo no es escasa. El recorrido complejo es un campo minado con peraltes y saltos dobles en los que bicicletas de un millón de pesetas despegan un par de metros del suelo. La organización espera mañana una buena afluencia de público para la prueba reina, el rally, con categoría olímpica. Esta carrera es más lenta que el descenso, pero exige a los corredores una gran condición física, ya que deben recorrer varias veces un estrecho circuito cerrado de 9,5 kilómetros donde los adelantamientos son suicidas.

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