Un exsocialista en el Gobierno del PP

El nombramiento de Rafael Blasco, de 54 años, como consejero de Empleo constituye una de las principales sorpresas del segundo Consell de Eduardo Zaplana. Antiguo peso pesado del socialismo valenciano -en los ochenta fue consejero de Presidencia y portavoz del Consell (1983-1985) y titular de la Consejería de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes (1985-1989) en los gobiernos del socialista Joan Lerma- Rafael Blasco, se distanció del PSPV tras ser excluido del Consell. Tras varios años apartado de la primera línea de la política y después de un intento frustrado de configurar una convergencia...

El nombramiento de Rafael Blasco, de 54 años, como consejero de Empleo constituye una de las principales sorpresas del segundo Consell de Eduardo Zaplana. Antiguo peso pesado del socialismo valenciano -en los ochenta fue consejero de Presidencia y portavoz del Consell (1983-1985) y titular de la Consejería de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes (1985-1989) en los gobiernos del socialista Joan Lerma- Rafael Blasco, se distanció del PSPV tras ser excluido del Consell. Tras varios años apartado de la primera línea de la política y después de un intento frustrado de configurar una convergencia valenciana, Blasco protagonizó un acercamiento al PP. Un viaje en el que le acompañó su esposa, Consuelo Ciscar, hermana del secretario de Organización del PSOE, Ciprià Ciscar y antigua secretaria personal de Joan Lerma. Ambos empezaron a dejarse ver en los actos populares de la campaña electoral de 1995. Tras la victoria de Zaplana, Blasco fue nombrado subsecretario de Planificación de la Consejería de Presidencia, mientras que Consuelo Ciscar se tuvo que contentar con la Dirección General de Museos y Bellas Artes. Desde su puesto, muy cercano a Zaplana, Blasco aportó su experiencia al proyecto del nuevo presidente. Uno de los logros que se le atribuyen es la estrategia encaminada a conseguir la mayoría absoluta para el PP, que pasaba por restar fuerza a UV hasta conseguir su exclusión del Parlamento y por engordar al Bloc pero sin que lograra representación. El poder conseguido por Blasco levantó suspicacias en el PP. Ahora Zaplana lo ha sacado de su entorno más directo al colocarlo al frente de la Consejería de Empleo.