4.000 sueños en La Marina

Por quinto año consecutivo, La Marina Baixa ha acogido esta semana la Costa Blanca Cup. Con Benidorm como sede central, los municipios de Altea, L"Alfàs del Pi, la Vila Joiosa y El Campello han sido escenarios de los sueños de 4.000 chavales cuyas ilusiones giran en torno a un balón y a convertirse en futbolistas profesionales. A lo largo de seis días han convivido concentrados en hoteles y han competido con chicos de 14 comunidades autónomas y 16 nacionalidades. En total han participado 206 equipos en siete categorías, desde benjamines hasta juveniles, pasando por dos grupos femeninos. Pero ...

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Por quinto año consecutivo, La Marina Baixa ha acogido esta semana la Costa Blanca Cup. Con Benidorm como sede central, los municipios de Altea, L"Alfàs del Pi, la Vila Joiosa y El Campello han sido escenarios de los sueños de 4.000 chavales cuyas ilusiones giran en torno a un balón y a convertirse en futbolistas profesionales. A lo largo de seis días han convivido concentrados en hoteles y han competido con chicos de 14 comunidades autónomas y 16 nacionalidades. En total han participado 206 equipos en siete categorías, desde benjamines hasta juveniles, pasando por dos grupos femeninos. Pero entre tanto equipo no figuran nombres ilustres; no están las categorías inferiores de grandes clubes como Barcelona, Madrid o Milán. En la Costa Blanca Cup compiten y se divierten conjuntos modestos que quieren recompensar la entrega de sus jugadores durante todo el año con esta semana de vacaciones y fútbol. "Esto es un premio para los chicos, al igual que el viaje fin de curso para los estudiantes", explica Martín Jiménez, presidente de la Asociación Deportiva Mancha Real, de Jaén, que acaba de vivir su tercera edición con tres equipos. "Este mundialito les llena de ilusión y les sirve para reforzar su compañerismo y hermanarse con gente de fuera", agrega Pedro Jaime Mulet, entrenador de los infantiles de Altea. El contacto con gente de tan diversa procedencia, con diferentes idiomas, costumbres y concepción del fútbol es otro de los grandes alicientes del torneo. Este año han acudido equipos de España, Bosnia, Dinamarca, Brasil, Francia, Gran Bretaña, Italia, Finlandia, Armenia, Islandia, Jordania, Rusia, Panamá, Portugal, Venezuela y Suecia. "Algunos chavales no habían salido nunca del pueblo. Esto es para ellos una ventana al mundo porque es el viaje más largo que han hecho", afirma Jiménez. Aunque el campeonato tiene un marcado componente lúdico, no deja de ser un escaparate promocional para algunos jóvenes. Sin ir más lejos, Vladimir Fernando Mendoza, un rápido delantero guineano de 19 años que juega en Mancha Real, realizará en los próximos días una prueba con el Manchester City, de la liga británica, tras llamar la atención de un ojeador de este club que estaba de vacaciones en Benidorm. También el Espanyol se ha interesado po un benjamín de 10 años del mismo equipo andaluz y el Oporto va a probar a un jugador del Sao Paulo. Aspiraciones al margen, los grandes protagonistas de esta cita la viven como una fiesta. Además del fútbol, disfrutan de la playa, parques acuáticos y de excursiones. "Las suecas, las playas y las discotecas es lo que más nos ha gustado", señala con más descaro que convicción Guillermo Sanz, de los alevines de Las Rozas, que se han proclamado campeones de su categoría. Y también hay negocio. "El sector hostelero está encantado", confirma el edil de Deportes de Benidorm, Francisco Saval. Al final, lo de menos son los nombres de los equipos ganadores. Lo que queda es la magia e ilusión del fútbol en la que se han zambullido 4.000 chavales durante una semana.

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