ELA y LAB estiman una "declaración de guerra" el fin del diálogo por las 35 horas

Agencias
Bilbao / San Sebastián -

Los sindicatos ELA y LAB señalaron ayer que la ruptura de las conversaciones con la patronal Confebask para reducir la jornada a 35 horas semanales es una "declaración de guerra" y anunciaron que en otoño iniciarán una "confrontación dura" en todos los niveles de la negociación (empresa, sector y confederación). Mientras, el consejero de Trabajo, Sabin Intxaurraga, reiteró ayer en San Sebastián que las conversaciones entre patronal y sindicatos se deben reanudar en beneficio de toda la sociedad. Frente a esta tesis, ELA y LAB pidieron al Gobierno que abandone su actitud "salomónica".

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Los sindicatos ELA y LAB señalaron ayer que la ruptura de las conversaciones con la patronal Confebask para reducir la jornada a 35 horas semanales es una "declaración de guerra" y anunciaron que en otoño iniciarán una "confrontación dura" en todos los niveles de la negociación (empresa, sector y confederación). Mientras, el consejero de Trabajo, Sabin Intxaurraga, reiteró ayer en San Sebastián que las conversaciones entre patronal y sindicatos se deben reanudar en beneficio de toda la sociedad. Frente a esta tesis, ELA y LAB pidieron al Gobierno que abandone su actitud "salomónica".

Los sindicatos que dirigen José Elorrieta (ELA) y Rafael Díez Usabiaga (LAB) consideran que su "objetivo prioritario" en estos momentos consiste en comenzar a trabajar en la "estrategia de confrontación" con una serie de medidas concretas que pondrán en práctica después del verano. El responsable de Comunicación de LAB, Jesús María Ariznabarreta, precisó ayer en una conferencia de prensa que, como "mayoría sindical vasca", asumen el liderazgo de la respuesta a la patronal, aunque dejó la puerta abierta a colaborar con Comisiones y UGT siempre que demuestren "buena voluntad". Josemi Unanue, representante de ELA en el Consejo de Relaciones Laborales (CRL), acusó a Confebask de adoptar una "posición arrogante" que, en su opinión, encubre "miedo" a abrir un debate serio sobre la reducción de jornada. "La patronal ha adoptado una posición insolidaria con los 156.000 vascos en paro, y lo han hecho en un momento en el que está recibiendo mucho de la sociedad", añadió. El representante de LAB en el CRL, José Luis Rezabal, negó las acusaciones de la patronal de que los sindicatos querían "todo o nada". "No planteamos las 35 horas aquí y ahora. Abogamos por un proceso de negociación siendo conscientes de que la reducción debería hacerse de forma progresiva y que debería ir acompañada de otros acuerdos en materia de reordenación del tiempo de trabajo", indicó Unanue. "Arsenal sindical" Aunque las dos centrales nacionalistas no se pronunciaron sobre la posibilidad de recurrir otra vez a una huelga general, advirtieron de que "el arsenal del sindicalismo no se agotó con la movilización del pasado 21 de mayo". "Vamos a responder con contundencia en las empresas, en los sectores y en el ámbito confederal con el objetivo de que la patronal rectifique. Va a ser una confrontación dura y probablemente larga, pero no nos queda otro remedio ante una patronal que se niega a negociar cualquier acuerdo general de reducción de jornada, ni siquiera en un minuto. Esto es una provocación, una declaración de guerra", señaló Germán Kortabarria, responsable de comunicación del ELA. Sobre el pronunciamiento de Intxaurraga instando a las dos partes a volver a negociar, Kortabarria apuntó: "Seguro que dijo estas palabras con toda su buena intención, pero las responsabilidades son claras y, desde luego, no requiere de intervenciones salomónicas". Unanue agregó que "la postura insolidaria de Confebask es más grave" si se considera que están recibiendo "mucho de la sociedad, en subvenciones, beneficios fiscales o con el sistema de formación continua". Reclamó ahora "las reacciones de aquellos que tacharon de precipitada y desproporcionada" la huelga general del 21 de mayo, ante la posición de la patronal. Rezabal insistió en que ELA y LAB no están dispuestos a dilapidar el "capital social acumulado en la huelga general del 21 mayo, porque sería hacer fraude al conjunto de trabajadores" y situarse en "la dirección contraria al movimiento sindical vasco", lo que, a su entender, sólo les deja abierta la vía de un enfrentamiento que debe ser lo más amplio y contundente posible.

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