Las diferencias sobre el desarme impiden el acuerdo en el Ulster

El maratón de negociaciones sobre el Ulster continuaba ayer en Belfast, un día después de vencido el plazo establecido inicialmente, sin señales de un compromiso, pese a los enormes esfuerzos de los primeros ministros del Reino Unido y de Irlanda por vencer la desconfianza entre los líderes protestantes y católicos. Las diferencias sobre el desarme del IRA y sobre la constitución de un Gobierno autónomo multipartidista amenazaban anoche con hacer naufragar un acuerdo de paz trabajosamente conseguido el año pasado.

Tony Blair y su homólogo de la República de Irlanda, Bertie Ahern, expres...

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El maratón de negociaciones sobre el Ulster continuaba ayer en Belfast, un día después de vencido el plazo establecido inicialmente, sin señales de un compromiso, pese a los enormes esfuerzos de los primeros ministros del Reino Unido y de Irlanda por vencer la desconfianza entre los líderes protestantes y católicos. Las diferencias sobre el desarme del IRA y sobre la constitución de un Gobierno autónomo multipartidista amenazaban anoche con hacer naufragar un acuerdo de paz trabajosamente conseguido el año pasado.

Tony Blair y su homólogo de la República de Irlanda, Bertie Ahern, expresaron ayer su decisión de quedarse en Belfast hasta agotar las últimas posibilidades de acuerdo. Ambos advirtieron de que un fracaso en estas conversaciones sería imposible de explicar a los ciudadanos y tendría trágicas consecuencias para Irlanda del Norte. Anoche, nadie era capaz de predecir cuánto tiempo más será necesario para vencer los obstáculos que amenazan el proceso. La satisfacción por los progresos alcanzados no era suficiente para ocultar el pesimismo por las profundas diferencias que todavía separaban a los representantes de las dos comunidades del Ulster. El problema está centrado en el desarme del IRA. El principal dirigente protestante, David Trimble, se niega a compartir Gobierno con el Sinn Fein si esta organización, considerada como el brazo político del grupo terrorista católico, no garantizaba antes la entrega de armas de sus socios. Gerry Adams, líder del Sinn Fein, dijo ayer que había presentado en las reuniones un compromiso de desarme, pero con la advertencia de que éste empezaría sólo después de que se constituyese el Gobierno autónomo. Es decir, la negociación estaba anoche bloqueada por la resistencia de ambas partes a dar el primer paso. Blair, en permanente contacto telefónico con Bill Clinton, buscaba fórmulas originales para lograr una salida.

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