COMITÉ FEDERAL DEL PSOE

El PSOE respalda los pactos propuestos por su ejecutiva con IU y BNG

El Comité Federal del PSOE respaldó ayer, con sólo una abstención, la política de pactos diseñada por su ejecutiva y preferentemente encaminada a formar gobiernos de progreso con Izquierda Unida, y en Galicia con el Bloque Nacionalista Galego. Ninguno de los más de 200 integrantes del Comité cuestionó los acuerdos con IU, pese a que aún forma parte del Pacto de Estella. Sí hubo algo más que reticencias hacia la alianza con el BNG, especialmente por parte del presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, quien cree que pone en peligro el concepto global de España del PSOE.

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El Comité Federal del PSOE respaldó ayer, con sólo una abstención, la política de pactos diseñada por su ejecutiva y preferentemente encaminada a formar gobiernos de progreso con Izquierda Unida, y en Galicia con el Bloque Nacionalista Galego. Ninguno de los más de 200 integrantes del Comité cuestionó los acuerdos con IU, pese a que aún forma parte del Pacto de Estella. Sí hubo algo más que reticencias hacia la alianza con el BNG, especialmente por parte del presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, quien cree que pone en peligro el concepto global de España del PSOE.

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La resolución sobre pactos o acuerdos poselectorales acordada por el Comité Federal del PSOE fija una serie de "criterios generales", como se encargaron de subrayar ayer los responsables de política municipal y autonómica de este partido, Alfonso Perales y Ramón Jáuregui. El primer eje de la resolución especifica que esos acuerdos deben orientarse a formar mayorías que faciliten la estabilidad de los distintos gobiernos. El segundo objetivo es que esas mayorías sean de progreso, salvo casos excepcionales, y el tercero es que no se aceptarán ese tipo de alianzas si pueden ser "objetadas éticamente" o favorecen "a grupos organizados para la defensa de intereses particulares". Este último punto se refiere directa e indisimuladamente a los pactos antiGIL, que el PSOE tiene ultimados con el PP y con IU.

El Comité Ejecutivo Federal se reserva la potestad y la responsabilidad para negociar y formalizar esos acuerdos con otras fuerzas de ámbito nacional, aunque precisa que las federaciones territoriales serán oídas y sus responsables los encargados de ejecutarlos. La resolución fue respaldada por todos los integrantes del Comité, con la excepción del navarro José Luis Uriz que se abstuvo. Y se concedió autoridad a la ejecutiva para ratificar la cooperación en general con IU, con el BNG en Galicia, con grupos de la izquierda regionalista en Baleares y Aragón, para apoyar a la lista más votada en Euskadi y Navarra, y para boicotear con cualquier formación democrática los gobiernos del GIL. Según Ramón Jáuregui, estas colaboraciones podrían otorgar al PSOE entre cuatro y seis gobiernos autonómicos; pasar de cinco alcaldías en capitales a 15; y gobernar previsiblemente entre 16 y 17 diputaciones.

La intervención más crítica resultó ser la del extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Este barón socialista cuestionó abiertamente la alianza con el BNG entre otras razones porque firmó la Declaración de Barcelona con el PNV y CiU en la que se aboga por un Estado Confederal. Rodríguez Ibarra admitió que esa apuesta del PSdeG por el Bloque podría adquirir beneficios a corto plazo en Galicia pero haría perder credibilidad al proyecto global de España del PSOE. Los socialistas gallegos Emilio Pérez Touriño, Miguel Cortizo y Enrique Curiel le replicaron.

Pérez Touriño, secretario general del PSdeG y defensor de esos pactos con el BNG, argumentó a su favor que eran la mejor oportunidad para, después de muchos años de retroceso electoral, iniciar el camino de la recuperación para volver a ser la segunda fuerza de esa comunidad. Cortizo confesó que efectivamente eran un riesgo pero destacó que no asumirlo podría llevarles a la marginación y, sobre todo, que pactar con el PP era aún mucho peor. Curiel abundó en esa teoría y reflexionó sobre la evolución política e ideológica del BNG a posiciones socialdemócratas.

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Sobre las alianzas en Euskadi, otro de los puntos fuertes de la jornada, el presidente del PSE, Txiki Benegas, hizo hincapié en que su partido defendía allí "principios y no cuotas de poder". Benegas añadió así que si el PSE persiguiese poder habría pactado con el PNV. Y no lo harán. Dicen que prefieren respetar el pluralismo y, por tanto, se limitarán a dar sus votos a la lista más votada. Es decir: al PP en la Diputación de Álava y el Ayuntamiento de Vitoria; al PNV en el consistorio de Bilbao, y recibirán la misma moneda en San Sebastián, donde repetirá en la alcaldía el socialista Odón Elorza.

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