Reportaje:

Espejismos de ciudad

La fuente cibernética del Parque Juan Carlos I ofrece, de jueves a domingo, un espectáculo de luz, agua y música

El juego de luces, agua, música y efectos especiales vuelve al parque Juan Carlos I en los meses más calurosos del año para hechizar a sus visitantes. Miles de parejas y familias con niños llenan de vida, de jueves a domingo, a partir de las 22.30, las gradas del auditorio. La mayoría se trae de casa el pic-nic, y, mientras se come sus bocadillos, contempla la mágica exhibición que ofrece la fuente cibernética del Campo de las Naciones. La atracción está pensada para todas las edades y públicos. Los más pequeños, algo inquietos, revolotean por las gradas, y, cuando por fin se apagan las...

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El juego de luces, agua, música y efectos especiales vuelve al parque Juan Carlos I en los meses más calurosos del año para hechizar a sus visitantes. Miles de parejas y familias con niños llenan de vida, de jueves a domingo, a partir de las 22.30, las gradas del auditorio. La mayoría se trae de casa el pic-nic, y, mientras se come sus bocadillos, contempla la mágica exhibición que ofrece la fuente cibernética del Campo de las Naciones. La atracción está pensada para todas las edades y públicos. Los más pequeños, algo inquietos, revolotean por las gradas, y, cuando por fin se apagan las luces, algún muchacho regaña a su madre: "Mamá, cállate ya, que va a empezar". Los niños se entusiasman al escuchar las canciones de sus series televisivas como Érase una vez el hombre y gritan de alegría cuando reconocen a sus personajes favoritos de dibujos animados en las imágenes de láser. "¡Mira, es Obélix!", grita uno de ellos eufórico.

Este espectáculo hace posible que el agua teñida de mil colores salte divertida y juguetona al ritmo de La máquina de escribir de Anderson o que al escuchar los primeros tonos de Abrázame de Julio Iglesias el agua, romanticona, se tiña de rojo y se contonee nostálgica.

Cuando llega el descanso de 15 minutos, ningún padre puede evitar que sus hijos se unan a centenares de niños que corren a descubrir el secreto de la fuente y se acercan a ver de cerca los surtidores.

Comienza la segunda parte y la música recorre varios estilos de la segunda mitad del siglo XX. "¿Tenéis en casa esa canción antigua que tanto mola?", pregunta una adolescente a su padre mientras suena Greats balls of fire, de Jerry Lee Lewis.

La fuente ofrece como postre unos minutos emotivos para los madrileños. Los monumentos más significativos de la capital se recrean en forma de láser sobre una cortina de agua y flotan al ritmo de la música especialmente compuesta para este momento. El público, emocionado, aplaude cuando brotan del agua las imágenes de la diosa Cibeles o la Puerta de Alcalá.

Este año, el espectáculo ha sido mejorado con una mayor innovación tecnológica y un nuevo sonido, al tiempo que se han incluido nuevas imágenes y otras se han perfeccionado. A pesar de todo, el láser "más moderno e importante de Europa" olvidó proyectar en el mapa de España a las comunidades de Canarias, Ceuta y Melilla.

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El auditorio del parque, que ya acogió el año pasado a 220.000 personas, ofrece hasta mediados de septiembre esta colorida exhibición. La entrada cuesta 400 pesetas para los adultos y 200 para los niños y personas de la tercera edad.

Para aquellos que deseen revivir la experiencia, la fuente ofrece cuatro espectáculos diferentes que irán rotando con el fin de que los interesados acudan varias veces a contemplar juegos de luces, agua y proyecciones distintos.

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