Cartas al director

Guerra en Kosovo

Después de haber leído el escrito de Rafael Lambea y el artículo de Félix de Azúa (EL PAÍS del 9 de junio), me decido a escribirles porque tengo la impresión, escuchando a los tertulianos, que esas dudas deshojando la margarita las han tenido bastantes ciudadanos. No considero que tenga una mente privilegiada, sólo sigo unos principios que me ha ensenado Winston Churchill: Resolution and determination. Lo que separa su buen hacer del fracaso del laisser faire de Neville Chamberlain.

Si desde un principio hubiese habido resolución y determinación con Milosevic, no se habrí...

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Después de haber leído el escrito de Rafael Lambea y el artículo de Félix de Azúa (EL PAÍS del 9 de junio), me decido a escribirles porque tengo la impresión, escuchando a los tertulianos, que esas dudas deshojando la margarita las han tenido bastantes ciudadanos. No considero que tenga una mente privilegiada, sólo sigo unos principios que me ha ensenado Winston Churchill: Resolution and determination. Lo que separa su buen hacer del fracaso del laisser faire de Neville Chamberlain.

Si desde un principio hubiese habido resolución y determinación con Milosevic, no se habrían sufrido los graves problemas de Croacia, Eslovenia, Bosnia-Herzegovina y Kosovo, al igual que posiblemente se hubiesen podido evitar los problemas de Austria, Checoslovaquia, Polonia y el largo etcétera si se hubiese actuado con resolución y determinación con Hitler como Churchill insistentemente propuso antes de que sucediera nada.

Concretando: la solución dada al problema de Kosovo era tardía, pero la única posible si no queríamos continuar con otros problemas mayores en Montenegro, Albania y quién sabe dónde si Adolfo Milosevic se hubiese sentido fuerte contando con el apoyo de los rusos y del iluminado Anguistalin, que no hubiese dudado en crear la "División Roja" para combatir a los aliados otaneros.-

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