LA EXPANSIÓN DE LA BANCA ESPAÑOLA

Jardim Gonçalves, de socio a enemigo número uno del BSCH

El financiero Jorge Jardim Gonçalves, de 63 años de edad, ha sido el banquero de moda durante los últimos años en Portugal. Este ingeniero, metido a profesor universitario de Finanzas y banquero desde hace más de 20 años, se convirtió en el financiero de moda tras su alianza estratégica con el Banco Central Hispano (BCH), que se rompería finalmente tras la fusión de éste con el Santander.

Considerado como un modelo de eficacia e innovación para el sistema bancario luso, el "ingeniero" Jardim Gonçalves, como se le conoce en Portugal, alcanzó el mando del segundo grupo financiero del país...

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El financiero Jorge Jardim Gonçalves, de 63 años de edad, ha sido el banquero de moda durante los últimos años en Portugal. Este ingeniero, metido a profesor universitario de Finanzas y banquero desde hace más de 20 años, se convirtió en el financiero de moda tras su alianza estratégica con el Banco Central Hispano (BCH), que se rompería finalmente tras la fusión de éste con el Santander.

Considerado como un modelo de eficacia e innovación para el sistema bancario luso, el "ingeniero" Jardim Gonçalves, como se le conoce en Portugal, alcanzó el mando del segundo grupo financiero del país tras la OPA del Banco Comercial Portugués (BCP) sobre el Banco Portugués do Atlántico, una entidad de tamaño bastante superior al del primero.

Poco simpatizante de aventuras empresariales y con escasa confianza en la capacidad de los bancos extranjeros para implantarse en el segmento de la banca al por menor, Jardim Gonçalves ha encabezado estos días la oposición frontal a la entrada del BSCH en el grupo Champalimaud y se ha propuesto a sí mismo como líder del futuro grupo financiero privado que debería salir del proceso de concentración impulsado desde el propio Gobierno socialista.

Sin embargo, su análisis de la situación no parecía adaptarse a la nueva realidad del mercado europeo. En una entrevista concedida en junio de 1995 Jardim Gonçaives no se mostraba muy preocupado por los recelos portugueses hacia la penetración española: "Los bancos extranjeros tienen actualmente en Portugal una cuota del 10%, similar a la existente en otros países", manifestó.

"Creo que no es realista pensar en un aumento espectacular de las entidades extranjeras en nuestro país, dado que su penetración en banca al por menor es difícil por la fidelidad de la clientela", añadía. Además, los bancos lusos cuentan con buenos niveles de solidez financiera y mantienen acuerdos son socios extranjeros. Todos estos factores hacen menos probable su adquisición por parte de entidades de fuera".

Banqueros hostiles

Gonçalves es sólo la cabeza visible de la reacción que el acuerdo con el BSCH ha despertado en el sector financiero luso. Cuando el 7 de junio se anunció el pacto, los bancos competidores mostraron gran agitación, hablaron con el ministro de Finanzas, António Sousa Franco, y éste ordenó a los órganos reguladores de los mercados que examinaran el acuerdo con lupa.

Por parte de los bancos existía recelo a que un poderoso instituto de crédito del país vecino —que es el primer exportador a Portugal—, con el control del grupo Champalimaud, se convirtiera en un competidor y condicionara la reestructuración bancaria. De hecho, la alianza de Champalimaud con el BSCH creaba un grupo bancario de dimensiones próximas al BCP, segundo del país.

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