Cartas al director

Gustavo Adolfo Bécquer

Veo la información sobre un "reciente descubrimiento de un relato del escritor sevillano, Unida a la muerte", publicado por Algaida Editores. Quisiera hacer algunas puntualizaciones:1. Este relato apócrifo no es ni raro ni desconocido (dos veces lo he tenido sobre mi mesa, acompañado de ensayos tan sensatos que desaconsejaban su reedición salvo como curiosidad bibliográfica). Es una más de las supercherías atribuidas a Bécquer.

2. No se da ni un solo dato positivo que avale su atribución, que se realiza sobre suposiciones y con nuevas tecnologías mal aplicadas, constit...

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Veo la información sobre un "reciente descubrimiento de un relato del escritor sevillano, Unida a la muerte", publicado por Algaida Editores. Quisiera hacer algunas puntualizaciones:1. Este relato apócrifo no es ni raro ni desconocido (dos veces lo he tenido sobre mi mesa, acompañado de ensayos tan sensatos que desaconsejaban su reedición salvo como curiosidad bibliográfica). Es una más de las supercherías atribuidas a Bécquer.

2. No se da ni un solo dato positivo que avale su atribución, que se realiza sobre suposiciones y con nuevas tecnologías mal aplicadas, constituidas en prueba tan ultramoderna como falsa.

3. La prueba del algodón, o sea, el algodón no engaña: la informática e Internet. Se afirma que sus editores "realizaron numerosos cotejos textuales en los que la informática desempeñó un papel decisivo" para su atribución. Se consultaron algunas bibliotecas y "tampoco estaba en Internet". Asombra este fideísmo tecnológico: lo que no está en Internet no existe. Si un cotejo de textos aguanta la prueba del algodón de la informática, accede a la categoría de clásico (?).

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4.La edición de esta curiosidad bibliográfica es un buen ejemplo de cómo no se debe proceder si se quiere llegar a unas obras completas rigurosas de Bécquer, tan necesarias como inexistentes.

Esta carta no va contra nadie. Simplemente pretendo recordar que las atribuciones gratuitas acaban adquiriendo un valor de definitivas cuando son recogidas en publicaciones del alcance de EL PAÍS. Y después es casi imposible erradicarlas.-

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