Los asientos de la discordia

21.30 horas. Reunión de emergencia en un despacho de Barcelona Televisió (BTV), donde media hora más tarde se celebra un debate entre los siete candidatos a la alcaldía de Barcelona. Hay nervios y carreras. El PP no está de acuerdo con la disposición de la mesa. Dicen que se debe respetar el orden de representatividad en el Consistorio. Pero hay otra razón: han sentado a Santiago Fisas al lado de Joaquim Molins. De manera que sucede lo que Fisas no quiere que suceda: que se visualice que hay un bloque de derechas y otro de izquierdas. Los asesores, tras deliberar unos 10 minutos, acuerdan que ...

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21.30 horas. Reunión de emergencia en un despacho de Barcelona Televisió (BTV), donde media hora más tarde se celebra un debate entre los siete candidatos a la alcaldía de Barcelona. Hay nervios y carreras. El PP no está de acuerdo con la disposición de la mesa. Dicen que se debe respetar el orden de representatividad en el Consistorio. Pero hay otra razón: han sentado a Santiago Fisas al lado de Joaquim Molins. De manera que sucede lo que Fisas no quiere que suceda: que se visualice que hay un bloque de derechas y otro de izquierdas. Los asesores, tras deliberar unos 10 minutos, acuerdan que la cosa se quede como está. Mejor no moverse en tan poco espacio. El debate de BTV se hizo en estudio tan pequeño que pronto se convirtió en una sauna donde sólo había hueco para los candidatos y el moderador. Entre canapés y refrescos fueron maquillados los alcaldables. A los hombres les bastó con un poco de fondo, tapaojeras y polvos. Las dos mujeres, Imma Mayol y Pilar Rahola, fueron arregladas o, como dijo la candidata de IC-V, reconstruidas en un camerino de maquillaje. Al final, ya todos televisivamente visibles, pasaron a sentarse en los asientos de la discordia.

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