Contra la tradición democrática
Con José Manuel Soria en el poder, los partidos de la oposición han dejado de participar en la Comisión de Gobierno, tradición que han respetado los distintos alcaldes desde que la implantara el carismático regidor socialista Juan Rodríguez Doreste en los albores de la democracia. "Soria ha ido contra el espíritu abierto de una ciudad que se ha caracterizado por su tolerancia", afirma Sebastián Franquis, candidato del PSOE. En esta crítica coinciden las demás formaciones.La opinión generalizada es que el Gobierno ha estado regido desde "el centralismo y el autoritarismo". IUC habla de "actitu...
Con José Manuel Soria en el poder, los partidos de la oposición han dejado de participar en la Comisión de Gobierno, tradición que han respetado los distintos alcaldes desde que la implantara el carismático regidor socialista Juan Rodríguez Doreste en los albores de la democracia. "Soria ha ido contra el espíritu abierto de una ciudad que se ha caracterizado por su tolerancia", afirma Sebastián Franquis, candidato del PSOE. En esta crítica coinciden las demás formaciones.La opinión generalizada es que el Gobierno ha estado regido desde "el centralismo y el autoritarismo". IUC habla de "actitud antidemocrática"; el PGC considera que "a Soria le falta calidad humana y diálogo", CC opina que "no ha habido participación", y el PSOE califica su gobierno de "oscuro". Soria devuelve la acusación: "Es más autoritario quien trata de imponerse a la mayoría".
Pero la mayor crisis vivida en la corporación surgió a raíz de unas denuncias de irregularidades en el seno del equipo gubernamental. La principal fue una acusación que acabó con la dimisión del concejal de Urbanismo y mano derecha de Soria, Jorge Rodríguez, tras haber reconocido que dio un trato de favor a un empresa que subcontrató más allá del 50% permitido por la ley.
La oposición ha hablado de corrupción y "favorecimiento a determinadas empresas próximas al PP".
Pero no ha sido la única disputa que Soria ha tenido que afrontar: ha gobernado con un equipo de ediles díscolos y en un abierto enfrentamiento con el Gobierno regional de Coalición Canaria que apoya el propio PP.