Olga Merino retrata en su primera novela el naufragio colectivo del pueblo ruso en la transición al capitalismo

La periodista Olga Merino (Barcelona, 1965) vivió como observadora la realidad de un naufragio colectivo; el del pueblo ruso durante la transición del comunismo al capitalismo, la historia de los años que siguieron a la perestroika. Su trabajo como corresponsal en Moscú durante un lustro superó el mero reflejo periodístico. Merino evoca ahora aquellos momentos en Cenizas rojas, su primera novela que edita Grupo Zeta. El libro responde a una experiencia autobiográfica pero es pura ficción. Eso sí, tras el drama particular de los personajes se alzan los vaivenes de la sociedad rusa. Merino hace...

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La periodista Olga Merino (Barcelona, 1965) vivió como observadora la realidad de un naufragio colectivo; el del pueblo ruso durante la transición del comunismo al capitalismo, la historia de los años que siguieron a la perestroika. Su trabajo como corresponsal en Moscú durante un lustro superó el mero reflejo periodístico. Merino evoca ahora aquellos momentos en Cenizas rojas, su primera novela que edita Grupo Zeta. El libro responde a una experiencia autobiográfica pero es pura ficción. Eso sí, tras el drama particular de los personajes se alzan los vaivenes de la sociedad rusa. Merino hace confluir a los protagonistas del relato en una vivienda comunal moscovita. Allí vive Ginés Toyos, uno de los niños de la Guerra Civil española, que regresa a Bilbao más de un siglo después para esquivar su falsa implicación en un crimen de la mafia. La historia de Ginés se entreteje sobre un relato costumbrista de la vida en Rusia. En las habitaciones contiguas, la anciana Liudmila mira con nostalgia al estalinismo; un matrimonio espera noticias de su hijo desde el frente de guerra y Shura, una joven idealista, se debate entre malvivir o prostituirse. El relato, que arranca con una intriga criminal, deja asomar a la superficie el análisis político de un mapa ruso que ya no existe pero cobra vigencia. "Si Cenizas rojas tiene algún mérito", dijo ayer su autora, "es el de haber sido escrito desde la pasión". Desde el respeto y admiración por los exiliados políticos y los niños de la guerra, desde el cariño a un país y un último factor: el amor por la palabra escrita y la literatura. "Hay mucha vida metida en esas páginas", confesó. Merino recaló ayer en San Sebastián para presentar su novela y desgranar los motivos que le impulsaron en su momento a escribirla, dentro de las III Jornadas de Creación Literaria que organiza Donostia Kultura. Los escritores Jesús Ferrero, Ana María Moix, Felipe Juaristi y Luisa Etxenique le tomarán hoy el relevo en una mesa redonda -abierta al público- sobre La crítica literaria, que se celebrará en la Biblioteca Central de San Sebastián (19.30). Estas dos no son las únicas propuestas de las jornadas. Mañana la autora Flavia Compagny coordinará el seminario La palabra literaria en la casa de cultura de Okendo (16.00). En esta ocasión el curso estará dirigido a quienes han participado en los talleres literarios a lo largo del curso. Y Ana María Moix leerá y comentará obras propias en la biblioteca (19.30). Los encuentros se clausurarán el próximo viernes con la conferencia La experiencia de la novela, que pronunciará el escritor Luis Mateo Diez.

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