VIDAS COTIDIANAS

Gaby, te adoro

El director de la Casa de América se declaró a esposa mediante una valla publicitaria

Puso una valla publicitaria para sorprender a su mujer en el quinto aniversario de matrimonio. En ella cantó las loas de la esposa, que desde el punto de vista líterario no le llevarán a la gloria -el temor podría ser más bien que le llevaran al divorcio-, pero que a él le salieron del alma. Han sido 24 metros cuadrados de entrega lírica, situados en las inmediaciones del área comercial del Campo de las Naciones, de Madrid, adonde la señora va a hacer la compra. Todo hubiera quedado mitigado en un semianonimato si no fuera por la personalidad del encendido vate: Tomás Rodríguez-Pantoja, diplom...

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Puso una valla publicitaria para sorprender a su mujer en el quinto aniversario de matrimonio. En ella cantó las loas de la esposa, que desde el punto de vista líterario no le llevarán a la gloria -el temor podría ser más bien que le llevaran al divorcio-, pero que a él le salieron del alma. Han sido 24 metros cuadrados de entrega lírica, situados en las inmediaciones del área comercial del Campo de las Naciones, de Madrid, adonde la señora va a hacer la compra. Todo hubiera quedado mitigado en un semianonimato si no fuera por la personalidad del encendido vate: Tomás Rodríguez-Pantoja, diplomático y director de la Casa de América. Y porque él convocó a varios periodistas a la instalación de la valla."Eres regalo del cielo,/ eres juventud, belleza, alegría, consuelo,/ amiga, cómplice, ángel de guarda y paz/ eres lo mejor que la vida me podía dar/ y con tu amor me has mudado/ de un mundo sin sentido/ a tu Edén encantado". Y añadía: "Gaby, te adoro. 1994-1999". Bécquer se removió en su tumba.

Ayer, día 29, se cumplía el plazo que contrató: todo un mes para que Gaby, esposa en segundas nupcias, vienesa de nacimiento y guapísima, según quienes la conocen, se enterara de lo que era capaz su marido. A decir verdad, tuvo más medios de saberlo. Porque el diplomático, que dice que buscó "la sorpresa", y al que luego parece habérsele ido la historia de las manos -la iniciativa fue muy celebrada en distintos tonos en su ámbito de trabajo -, llamó a la televisión autonómica madrileña y a un periódico para que el evento pasara todo menos inadvertido, según cuenta una de las personas de la agencia Avenir España, con la que contrató. Y así, la súbdita austriaca pudo ver en Telemadrid a su inspirado esposo diciendo que los cinco años se le habían pasado como si fueran cinco minutos, y añadiendo: "De la misma forma que el ciprés nunca se desarrolla a la sombra del roble, tiene que tener su propio sol, de la misma manera ella tiene que desarrollarse por su cuenta y yo por la mía". Notable.

Intimidad

Gaby no quiso salir en la televisión, ni hablar con nadie, quizá noqueada por la impresión (no se confirma que huyera a Austria). Rodríguez-Pantoja, que ha dicho sorprendentemente a este periódico: "Yo no soy un exhibicionista ni quiero serlo", "ella no quiere que se sepa ni su nombre" y "pido respeto para mi propia intimidad", ríe cuando se le pregunta si su esposa no se apresuró a pedir el divorcio. "No, fue positivo". ¿O sea que entre ustedes todo está mejor? "Eso es una afirmación demasiado rotunda". ¿Tuvo alguna reacción del Ministerio de Exteriores? "Yo no lo permitiría".

Tomás Rodríguez-Pantoja, 51 años, que fue secretario general de la Comisión Nacional del V Centenario y estuvo destinado en Nueva York, donde llegó a producir musicales, tiene fama de excéntrico, pero serio e incluso amable. El mes de valla le ha costado 120.000 pesetas. Si se intenta averiguar qué pergeña para el sexto aniversario de boda dice no saberlo aún: "Yo soy muy loco para eso". Capaz es de pasar al avión con pancarta.

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