Entrevista:

"Madrid es una ciudad muy buena con una escultura muy mala"

El escultor Fernando Bellver (Madrid, 1954) ha cambiado la construcción de ocho obras gigantes en acero de seis metros de altura para Leganés (173.000 habitantes) por puertas de colores naturales, como cobres, tierras o bronces. En su reciente exposición A´A ha pretendido ceder un lugar de reflexión y de huida para los espectadores que se recreen en su obra. Fernando Bellver, que comenzó su carrera escultórica en la década de los ochenta, ha expuesto su obra en más de un centenar de ocasiones dentro y fuera de España. Centros como el Museo de Arte Reina Sofía o en el Museo de Arte Conte...

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El escultor Fernando Bellver (Madrid, 1954) ha cambiado la construcción de ocho obras gigantes en acero de seis metros de altura para Leganés (173.000 habitantes) por puertas de colores naturales, como cobres, tierras o bronces. En su reciente exposición A´A ha pretendido ceder un lugar de reflexión y de huida para los espectadores que se recreen en su obra. Fernando Bellver, que comenzó su carrera escultórica en la década de los ochenta, ha expuesto su obra en más de un centenar de ocasiones dentro y fuera de España. Centros como el Museo de Arte Reina Sofía o en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid tienen entre su exposición muestras de este autor madrileño.Pregunta. ¿Qué quiere expresar?

Respuesta. Yo cada exposición la empiezo y termino en sí misma. Es como el relato de una novela. Esta vez he querido mostrar unos espacios de reflexión en los que la gente pueda depositar la mirada sin que se sienta distraída por un elemento discordante ni por un color excesivo. Luego, en los relieves he querido dar un toque de ornamentación junto con el color. P. ¿Son más difíciles estas puertas o los gigantes de Leganés?

R. Desde el punto de vista creativo, quizá una puerta de las de mi última muestra. Son menos espectaculares, porque te mueves con un terreno más acotado. Siempre estás recortando y vas de más a menos.

P. ¿Qué opinión le merecen las esculturas de Madrid?

R. Yo creo que Madrid es una ciudad muy buena con una escultura muy mala. A mí, como madrileño de toda la vida, me parece que la ciudad se merece mejores obras. Parte de culpa también la tenemos los escultores, porque, si los escultores malos hacen pésimas creaciones, las esculturas siempre quedarán mal. De todos modos, Madrid carece de diseño. Es muy conservador en las formas y en los estilos.

P. ¿A quién le dedicaría una de sus esculturas?

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R. A personajes desconocidos se me ocurren muchos. Por ejemplo, toda esa gente que hay viviendo a costa de las revistas y que realmente no sabemos a qué se dedica. Parece que su vida le interesa a todo el mundo, cuando en verdad no es así. Podría poner cualquier nombre.

P. ¿Dónde le gustaría colocar en Madrid una obra suya?

R. Delante del Santiago Bernabéu. Mi padre y yo somos del Real Madrid y, para mí, su estadio es como una catedral.

P. También está preparando una escultura para la ciudad de Alcorcón.

R. Es un enorme muñeco del reclamo publicitaro Michelín que mide cinco metros de altura, pero que he convertido en una menina. Es una suerte de unión franco-española. Estará hecho en aluminio y luego será metalizado en color gris.

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