La reunión de los siete grandes con Rusia alimenta esperanzas de un acuerdo de paz

El laberinto de iniciativas diplomáticas que en los últimos días han tratado de buscar una solución negociada a la guerra en Yugoslavia desemboca hoy en Bonn en una reunión extraordinaria de los ministros del Grupo de los Ocho, donde las principales potencias del mundo intentarán un acuerdo con Rusia sobre la futura fuerza de pacificación de Kosovo. Los llamamientos a la prudencia de varios Gobiernos occidentales no han evitado la expectación que rodea a esta reunión, en la que se espera encontrar una propuesta que reúna tanto las exigencias de la OTAN como las de Moscú y que sea, a la vez, ac...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El laberinto de iniciativas diplomáticas que en los últimos días han tratado de buscar una solución negociada a la guerra en Yugoslavia desemboca hoy en Bonn en una reunión extraordinaria de los ministros del Grupo de los Ocho, donde las principales potencias del mundo intentarán un acuerdo con Rusia sobre la futura fuerza de pacificación de Kosovo. Los llamamientos a la prudencia de varios Gobiernos occidentales no han evitado la expectación que rodea a esta reunión, en la que se espera encontrar una propuesta que reúna tanto las exigencias de la OTAN como las de Moscú y que sea, a la vez, aceptable para Belgrado.

El Gobierno ruso y fuentes diplomáticas occidentales coincidieron ayer en que las posiciones de la OTAN y de Rusia se han acercado notablemente en los últimos días. Moscú acepta, según esas fuentes, la necesidad de desplegar en Kosovo una fuerza militar internacional que permita el regreso de los refugiados a sus hogares en condiciones de seguridad. Sobre el mando y la composición de esa fuerza sigue habiendo sensibles diferencias. Los propios países de la OTAN disienten entre sí sobre las condiciones que deben exigir a Milosevic a cambio de detener los bombardeos. El primer ministro francés, Lionel Jospin, se situó ayer en el extremo más flexible del abanico negociador al aceptar un alto en los ataques si el líder serbio inicia la retirada de sus tropas de Kosovo y acepta el regreso de los refugiados en condiciones de seguridad. Anticipándose a una posible solución, Bill Clinton, que ayer visitó a sus tropas en Alemania, debatió en Bruselas con el secretario general de la OTAN, Javier Solana, la necesidad de organizar cuanto antes la fuerza que debería actuar en Kosovo. En este mismo marco negociador, el líder moderado albanokosovar, Ibrahim Rugova, llegó ayer por sorpresa a Roma para sumarse a una posible fórmula de compromiso.

Archivado En