EL JUICIO POR EL "CASO BANESTO"

Un inspector jefe de la policía ratifica que Garro tramó la "operación locales"

Tomás Allende fue beneficiario y testaferro del ex director general

Pedro de Lama, inspector jefe de la policía a cargo de la Brigada de Delincuencia Económica Financiera de la Policía Judicial, declaró ayer en calidad de testigo que el entonces director general de servicios de Banesto, Fernando Garro, organizó la trama de la presunta estafa de la Operación locales comerciales, cuya cifra ascendió a 1.550 millones de pesetas. Según De Lama, fue el poder de decisión de Garro lo que permitió la apertura del flujo de múltiples cheques que fueron puestos a disposición de su presunto testaferro Tomás Allende y Miláns del Bosch, quien a su vez realizó inv...

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Pedro de Lama, inspector jefe de la policía a cargo de la Brigada de Delincuencia Económica Financiera de la Policía Judicial, declaró ayer en calidad de testigo que el entonces director general de servicios de Banesto, Fernando Garro, organizó la trama de la presunta estafa de la Operación locales comerciales, cuya cifra ascendió a 1.550 millones de pesetas. Según De Lama, fue el poder de decisión de Garro lo que permitió la apertura del flujo de múltiples cheques que fueron puestos a disposición de su presunto testaferro Tomás Allende y Miláns del Bosch, quien a su vez realizó inversiones con los fondos. El inspector jefe explicó que su unidad trabajó en los informes realizados para el juez Manuel García-Castellón, que instruyó la causa, y que si bien no había tomado parte en los detalles, se responsabilizaba de los mismos. Según explicó, las propuestas para comprar la serie de naves y locales fueron visadas por Garro y en su mayoría llevaban, además, su firma. Ni sus subordinados, el subdirector Enrique Garde, ni el interventor del banco, Pedro Insauriaga, tenían capacidad para autorizar el flujo de cheques que salió de Banesto en 1989 y 1990.

La defensa de Fernando Garro buscó ciertos flancos para debilitar las afirmaciones del inspector jefe. En particular, algún error material en la identificación de la dirección general de servicios. Pedro de Lama, con seriedad, dijo que podía haber algún error material. Cuando la defensa intentó cuestionar, aprovechando ese posible error, toda la estructura del informe sobre la operación locales, el inspector replicó, convincentemente, que dicho error no invalidaba la esencia de sus conclusiones. Ya desde la instrucción, Garro intentó extender una nebuloso sobre la fecha de sus funciones como director general de servicios, de la que dependían otras tres subdirecciones en Banesto, entre ellas la de Obras. Garro fue nombrado el 20 de junio de 1989 para el citado cargo. La operación locales empezó antes de esa fecha y se consumó en 1990.

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