Borrell sólo logra incluir a una persona en la lista europea del PSOE

Todos los candidatos socialistas surgidos de las elecciones primarias han sentido el peso de los órganos directivos del PSOE, el comité federal y la ejecutiva. También José Borrell. Sus sugerencias para la elaboración de las listas apenas se han tenido en cuenta, si bien él mismo precisa que tampoco intentó tener "manos libres" al respecto. En concreto, en la europea sólo ha entrado una de las tres personas que propuso, Elena Valenciano. "Ha sido un proceso [la elaboración de las candidaturas] doloroso", reconoció ayer Borrell.

"No creo que ningún candidato haya pretendido tener manos l...

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Todos los candidatos socialistas surgidos de las elecciones primarias han sentido el peso de los órganos directivos del PSOE, el comité federal y la ejecutiva. También José Borrell. Sus sugerencias para la elaboración de las listas apenas se han tenido en cuenta, si bien él mismo precisa que tampoco intentó tener "manos libres" al respecto. En concreto, en la europea sólo ha entrado una de las tres personas que propuso, Elena Valenciano. "Ha sido un proceso [la elaboración de las candidaturas] doloroso", reconoció ayer Borrell.

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"No creo que ningún candidato haya pretendido tener manos libres. Desde luego, yo no lo he hecho", dijo ayer José Borrell tras un acto de su partido para celebrar el vigésimo aniversario de la constitución de los ayuntamientos democráticos. El candidato socialista ha comprobado que, aunque lo hubiera intentado, sus posibilidades de éxito habrían sido prácticamente nulas a la vista de lo que ha ocurrido en el proceso de elaboración de las candidaturas.El candidato a la presidencia del Gobierno propuso hace varias semanas los nombres de Juan Antonio Yáñez, Elena Valenciano y Carmen Calleja para la lista europea. Al final, sólo logró la inclusión como número 13 de Valenciano, quien, además, contaba con el visto bueno de la Secretaría de la Mujer, dirigida por Micaela Navarro.

Borrell se mostró muy pronto comprensivo con las dificultades del secretario de Organización, Ciprià Ciscar, al elaborar esa lista, que ha tenido grandes problemas por las protestas persistentes de muchos dirigentes por la exclusión de algunos eurodiputados. Los casos de la asturiana Ludivina García Arias y del vallisoletano Juan Colino han sido los más sonoros.

Luis Yáñez, miembro del comité federal y director del gabinete de Borrell, tomó la palabra en ese órgano de dirección en la noche del sábado para defender la inclusión de García y Colino. Ciscar le insinuó que Valenciano habría quitado el puesto a García, según la interpretación generalizada. Así lo entendió el propio Yáñez, que pidió de nuevo la palabra para proponer que García fuera en el número 13, es decir en el de Valenciano, apoyada por Borrell, y que corriera la relación. No fue posible. Las cosas se quedaron como estaban, aunque con cierta sensación de injusticia por parte de todos al haber quedado fuera gente de reconocida valía.

"Un proceso doloroso"

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Pero el afán de renovación, junto a la opinión generalizada de que la lista es "excelente", movió al comité federal a votarla abrumadoramente. El hecho de que está encabezada por Rosa Díez, a quien todos respetan, fue otro elemento para avalarla con los votos aun expresando la protesta, ya sólo testimonial, en voz alta.El entorno de Borrell asegura que el candidato salió de la reunión del comité federal con cierto malestar al haber escuchado que era el responsable de la exclusión de García. "Ha sido un proceso doloroso porque hablamos de personas que se quedan fuera de forma injusta, ya que no creo que el criterio de que llevan muchos años sea suficiente", comentó ayer Borrell en una conversación informal.

Para algunos de sus miembros, el comité federal dio el sábado un aviso a los candidatos de las primarias en el sentido de que el partido es el que hace las listas, una advertencia que también vale para Borrell.

En este caso, Borrell no ha sido beligerante a pesar de que miembros de la ejecutiva reconocen que se le podía haber atendido algo más. Así, su escasa presión para defender a algunos candidatos ha causado cierta desazón en sus partidarios provinciales y regionales, según expresaron algunos en el comité federal, ya que les gustaría que el líder electoral del partido tuviera más capacidad de maniobra en la organización.

"El hecho de haber sido elegido en las elecciones primarias no convierte al partido en un club de fans del candidato", insistió ayer Borrell para ponerse casi al lado de quienes defienden el poder de las estructuras de mando de su organización.

El primero que sintió la limitación de haber sido elegido en las primarias fue el valenciano Joan Romero, que dimitió la pasada semana al ver que su propia organización regional rechazaba la candidatura que pretendía llevar para las elecciones del 13 de junio.

Su ejemplo amenazaba con cundir, por lo que la intervención del secretario general de los socialistas extremeños, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, se considera clave para parar esa posible tendencia de los candidatos a apearse del cartel electoral a dos meses de los comicios si los órganos de dirección les imponían listas en las que no se sentirían cómodos.

Ibarra sabía que a primeras horas de la noche del sábado pendía sobre el comité federal la amenaza de dimisión del navarro Juan José Lizarbe y del cántabro Ángel Duque. La primera no sólo se paró, sino que Lizarbe aceptó un acuerdo con la minoría representada por Lola Eguren. Duque pidió una prórroga y aseguró que hoy, lunes, dará su respuesta.

La tensión territorial, sin embargo, no ha terminado, ya que el sector mayoritario de los socialistas navarros ha manifestado su malestar, informa La vicesecretaria del partido, Mariasun Apesteguía, telefoneó en la noche del sábado al responsable de Política Autonómica, Ramón Jáuregui, para comunicarle el desagrado de la militancia al ver rechazada por el comité federal la listas que había aprobado su órgano de dirección, en el que no figura la minoría.

Ese malestar contrastaba vivamente con la satisfacción del comité al ver finalmente juntos a Lizarbe y Eguren.

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