Piqué se da por satisfecho con que Borrell no acudiera al juzgado a ratificar sus acusaciones

Josep Piqué y José Borrell ni se reconciliaron ayer ni se vieron las caras. El ministro portavoz del Gobierno del PP interpretó la ausencia del candidato del PSOE a la Presidencia del Ejecutivo del acto de conciliación al que le citó en un juzgado de Majadahonda como una rectificación de sus palabras en las que cuestionaba su comportamiento fiscal. Mientras Piqué se conformaba con esa presunta marcha atrás, sus compañeros del PP arremetían contra la "chulería y soberbia" de Borrell. Éste aclaró así su posición: "Me ratifico absolutamente en todo lo que dije".

Ni Piqué ni Borrell se pers...

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Josep Piqué y José Borrell ni se reconciliaron ayer ni se vieron las caras. El ministro portavoz del Gobierno del PP interpretó la ausencia del candidato del PSOE a la Presidencia del Ejecutivo del acto de conciliación al que le citó en un juzgado de Majadahonda como una rectificación de sus palabras en las que cuestionaba su comportamiento fiscal. Mientras Piqué se conformaba con esa presunta marcha atrás, sus compañeros del PP arremetían contra la "chulería y soberbia" de Borrell. Éste aclaró así su posición: "Me ratifico absolutamente en todo lo que dije".

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Ni Piqué ni Borrell se personaron ayer en el juzgado de primera instancia número tres de Majadahonda, la localidad de residencia del candidato socialista en la que los abogados del ministro presentaron el acto de conciliación. Sí acudió un procurador de Piqué. La juez, ante la incomparecencia de Borrell o de algún representante, y al comprobar que tampoco alegaba "una causa justa para no concurrir", consideró el acto "intentado sin efecto" y condenó al dirigente socialista al pago de las costas.Todo indica que esta disputa dialéctica entre el ministro y el candidato terminó ayer su periplo judicial. Ahora seguirá un camino más político.

No habrá querella

Piqué y los dirigentes del PP aún no habían estudiado ayer su siguiente paso pero desde fuentes del Ministerio de Industria se apuntaba como lo más seguro que el portavoz del Gobierno olvidaría la posibilidad que en su momento estudió de querellarse contra Borrell. Piqué y sus asesores entienden que la ausencia de ayer del líder socialista de los juzgados es una rectificación indirecta porque en el texto del propio acto de conciliación se formulaba que el objetivo de esa acción era intentar "reconducir el debate político a los cauces que le son propios". El ministro, en cualquier caso, avanzó ayer que no va a insistir en ese punto. "Cuanto antes abandonemos ese estilo de hacer política, basado en el descrédito personal, y nos planteemos todos la política como la actividad noble que es, será mejor", dijo.Piqué había amenazado con querellarse contra Borrell si éste no rectificaba las manifestaciones que pronunció en un mitin en Leganés el 6 de marzo en las que aludió, sin citarle expresamente, a su comportamiento fiscal como el de un prevaricador o un estafador. Y lo hizo tras conocerse que el ministro había percibido de Ercros, compañía que presidió antes de ser ministro, retribuciones a través de su empresa familiar Loreto Consulting en concepto de trabajos efectuados por esa firma para "optimizar", según dijo Piqué, sus obligaciones fiscales.

José Borrell se apresuró a desmentir la interpretación rectificadora que le atribuyó el ministro. El candidato aclaró de nuevo que no retiraba ni una sola de sus palabras: "Por si le sirve de algo al señor Piqué, me ratifico absolutamente en todo lo que dije cuando lo dije; que no se fabrique burladeros, que haga lo que quiera o tenga que hacer, pero que sepa que, en lo que dije, me ratifico absolutamente", informa Anabel Díez. El líder del PSOE justificó su inasistencia al juzgado en que no tenía "nada que conciliar".

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Esta actitud de Borrell fue duramente criticada ayer por numerosos dirigentes del PP. El portavoz oficial del partido, Rafael Hernando, la tildó como una demostración de su "soberbia y chulería". El portavoz del PP en el Congreso, Luis de Grandes, le acusó incluso de "falta de coraje" y de "gallardía" para mantener sus acusaciones ante el juez y prevalerse de su inmunidad parlamentaria. El secretario general del PP, Javier Arenas, insistió en la gravedad de que un candidato a la Presidencia del Gobierno formulase ese tipo de imputaciones y no las corroborase en una instancia judicial. Y el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José María Michavila, lamentó la "espantada" de Borrell al no ratificar ante el juez sus "calumnias".

Todos los dirigentes del PP recalcaron mucho ese aspecto para distinguir que una cosa es una crítica política propia de un mitin y otra mucho más grave una acusación ante un juez. Por eso subrayaron tanto ayer que el candidato del PSOE había perdido la oportunidad de oficializar sus imputaciones.

La secretaria del grupo socialista en el Congreso, María Teresa Fernández de la Vega, replicó estas posiciones del PP recordando a este partido que si Piqué y el Gobierno quieren debatir algo con Borrell "lo que tienen que hacer es acudir de una vez por todas al Parlamento". Y añadió: "Los problemas políticos no se resuelven en el ámbito judicial". La dirigente del PSOE felicitó irónicamente a Piqué por haber arrastrado a todo el PP y al Ejecutivo en lo que era un problema personal.

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