Dos estucos del nuevo Liceo retratan a Jordi Pujol y Pasqual Maragall

Siguiendo la tradición de las grandes catedrales góticas, cuyos capiteles y gárgolas solían reproducir personajes de la actualidad, el nuevo Liceo ha incorporado entre sus estucos ornamentales sendos retratos del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y de quien aspira a sucederle en el cargo en las elecciones del próximo otoño, Pasqual Maragall. El primero aparece en un relieve junto al escudo central que culmina el arco de proscenio: un Pujol con los ojos cerrados, en una actitud suya muy conocida. En el friso, por encima del arco, uno de los querubines dorados deja intuir un incipiente ...

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Siguiendo la tradición de las grandes catedrales góticas, cuyos capiteles y gárgolas solían reproducir personajes de la actualidad, el nuevo Liceo ha incorporado entre sus estucos ornamentales sendos retratos del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y de quien aspira a sucederle en el cargo en las elecciones del próximo otoño, Pasqual Maragall. El primero aparece en un relieve junto al escudo central que culmina el arco de proscenio: un Pujol con los ojos cerrados, en una actitud suya muy conocida. En el friso, por encima del arco, uno de los querubines dorados deja intuir un incipiente bigote. Mirado de cerca, tiene además unos carrillos barrocos que bien podrían corresponder a los de Maragall, aunque la similitud es menor. Ambas efigies son muy difíciles de detectar, a no ser que uno se coloque en las localidades del quinto piso más próximas a la parte izquierda del proscenio. La visibilidad sobre el escenario es desde allí muy limitada, por lo que es posible que los artesanos yeseros que han trabajado en la reconstrucción se hayan conchabado para darle a los sufridos ocupantes de esas plazas algún motivo de alegría. La efigie de Pujol recuerda los trompe l"oeil florales y frutales de Arcimboldo. Bajo una moldura en espiral que enmarca el escudo central del arco de proscenio, donde se hallan representados varios instrumentos y la clásica máscara de la comedia, hay un pequeño plafón, en forma de triángulo irregular, relleno de escamas de color dorado. Afinando bien la vista, mejor con la ayuda de unos prismáticos, se descubre que esas escamas se disponen de manera que reproducen el rostro de Pujol con los ojos cerrados, como a menudo le retrata el caricaturista Ferreres.PASA A LA PÁGINA 9

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