Conversador, machadiano
Fernando Morán nació en Avilés hace 73 años. Está casado con María Luz Calvo Sotelo y tienen tres hijos. Asturiano ejerciente, aunque no en demasía, de humor suavemente irónico y atento conversador, es hombre que acostumbra desplegar simultáneamente numerosas actividades, rasgo éste adquirido tras décadas de profesión diplomática en Buenos Aires, Pretoria, Lisboa y Madrid. Es un enamorado del Magreb y de África. Sus amigos le atribuyen la condición de perenne consumidor de cultura. "Siempre tiene a mano un libro recientemente editado", comentan. "Si no se hubiera dedicado a la política", añade...
Fernando Morán nació en Avilés hace 73 años. Está casado con María Luz Calvo Sotelo y tienen tres hijos. Asturiano ejerciente, aunque no en demasía, de humor suavemente irónico y atento conversador, es hombre que acostumbra desplegar simultáneamente numerosas actividades, rasgo éste adquirido tras décadas de profesión diplomática en Buenos Aires, Pretoria, Lisboa y Madrid. Es un enamorado del Magreb y de África. Sus amigos le atribuyen la condición de perenne consumidor de cultura. "Siempre tiene a mano un libro recientemente editado", comentan. "Si no se hubiera dedicado a la política", añaden, " se habría consagrado a la literatura o a la crítica literaria, actividades en las que asimismo descuella". Es autor de varias novelas, También se muere el mar, la más conocida. De aspecto profesoral, un punto machadiano y con un persistente propósito de llaneza, pareciera perseguir dotarse de la imagen de rigor moral de los históricos socialistas. "Prefiere un buen debate de ideas a cualquier otra cosa", según sus íntimos. "Siempre ha sabido compatibilizar su vida pública con un gran celo por su intimidad", señalan.