La EMT vacuna a sus conductores de la línea 130 contra la tuberculosis

Los conductores de la línea 130 (Vicálvaro-Villaverde) de la Empresa Municipal de Transportes (EMT), conocida como la línea de la heroína porque pasa junto a los principales hípermercados de la droga (La Rosilla, Las Barranquillas y La Celsa), han sido vacunados contra la tuberculosis y la hepatitis B.Así lo reconoció ayer el gerente de la EMT, Tomás Burgaleta. La tuberculosis y la hepatitis son enfermedades que pueden transmitir los toxicómanos por vía respiratoria o sanguínea. El permanente contacto de los conductores con los toxicómanos ha llevado a la EMT a tomar esta medida,...

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Los conductores de la línea 130 (Vicálvaro-Villaverde) de la Empresa Municipal de Transportes (EMT), conocida como la línea de la heroína porque pasa junto a los principales hípermercados de la droga (La Rosilla, Las Barranquillas y La Celsa), han sido vacunados contra la tuberculosis y la hepatitis B.Así lo reconoció ayer el gerente de la EMT, Tomás Burgaleta. La tuberculosis y la hepatitis son enfermedades que pueden transmitir los toxicómanos por vía respiratoria o sanguínea. El permanente contacto de los conductores con los toxicómanos ha llevado a la EMT a tomar esta medida, tras las reiteradas quejas expresadas por los empleados debido a la inseguridad y la falta de higiene que hay en los autobues.

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Los conductores tienen que hacer la ruta de la droga acompañados por más de 3.000 drogodependientes que utilizan a diario este servicio, según los cálculos de la EMT.

Hace tres meses fueron vacunados los empleados contra la tuberculosis y la semana pasada se les administró la primera de las tres dosis contra la hepatitis B. Burgaleta aclara que la vacunación no ha sido obligatoria: "Ha sido una opción voluntaria de los empleados de esta línea. Afortunadamente no se ha descubierto hasta ahora ningún caso de contagio, según un informe que nos elaboró el centro municipal de Salud".

El portavoz de los trabajadores de la línea 130 (Vicálvaro-Villaverde Alto), Francisco Melero, asegura que la alarma cundió hace medio año cuando se le puso morado el brazo a uno de los empleados. "El Ayuntamiento le envió a la clínica Ruber donde le hicieron numerosas pruebas. Pensábamos que ya estaba infectado. Pero afortunadamente no fue así".

Los conductores, en su lucha por garantizar la salud en el trabajo, están dispuestos a llegar más lejos. "Hemos contactado con un abogado para denunciar a la EMT ante el Ministerio de Sanidad y la Inspección de Trabajo, por la suciedad que hay en los coches, por los olores que padecemos y por las condiciones en las que suben los drogodependientes", dice Francisco Melero.

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Los empleados denuncian que trabajan en condiciones tercermundistas: "Convivimos con pasajeros que en cualquier momento se nos caen muertos". En dos años, cuentan, han fallecido tres yonquis dentro de los autobuses de la línea maldita.

Los conductores de la línea 130 de la EMT reclaman vigilantes jurados como en el metro

El gerente de la EMT, Tomás Burgaleta, se niega a contratar un servicio de seguridad privado para esta línea: "Nunca llegaremos a eso. Antes suprimo la línea", dice de forma tajante el máximo responsable de la EMT. "Es una mala imagen que viajen en los autobuses los guardas jurados. Esa ruta esta siendo vigilada conjuntamente por la Policía Nacional y Municipal para evitar problemas", dice Burgaleta.En agosto de 1991, la EMT creó la figura del acompañante, chicos formados por la empresa que actuaban, sin más armas que papel y bolígrafo, "para darles apoyo moral y psicológico". Los guardaespaldas duraron tres meses. En noviembre, los conductores volvieron a estar solos.

La EMT sí está dispuesta a instalar las mamparas de seguridad en los autobuses más conflictivos para proteger a los conductores. El pasado mes de octubre, un cerrajero diseñó un modelo que ha sido rechazado por los sindicatos debido a que el conductor no quedaba totalmente protegido. "Esa primera idea era descabellada. Dejaba unos huecos al lado del parabrisas y además nos impedía la visibilidad por el lado derecho", afirman los conductores.

Los responsables de la EMT han diseñado otra mampara que protege por completo el asiento del conductor. "Esta segunda opción puede ser mejor. Si se acepta por parte de los trabajadores y el comité de empresa, podría instalarse en el momento que se quiera", dice Burgaleta. El gerente de la EMT, sin embargo, duda de su eficacia. "No es la solución encerrar al trabajador, pero puede ser una medida a llevar a cabo si consideran que les garantiza una mayor seguridad".

A los trabajadores tampoco les gusta la mampara: "Es algo asfixiante. No nos van a dejar casi respirar. Además, nos protege a nosotros, pero ¿quién protege a los pasajeros?".

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