Hibernar en la roca de Sella

Roosa G., de seis años, ha pasado sus vacaciones de invierno escalando la cara sur de la sierra Aitana. Llegó hasta ella desde la fría Finlandia con su hermano Kuutti y la madre de ambos, Maija Huhtikorpi, para hibernar en la roca de Sella emplazada en La Marina Baixa. Sella se ha convertido en paso obligado de escaladores de todo el mundo que huyen de las bajas temperaturas y la nieve. Todo esto y la presencia de míticas paredes gigantes de roca, como El Divino, la convierten en una de las mejores escuelas de escalada deportiva de invierno. Roosa ha escalado sin pestañear los 25 metros de al...

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Roosa G., de seis años, ha pasado sus vacaciones de invierno escalando la cara sur de la sierra Aitana. Llegó hasta ella desde la fría Finlandia con su hermano Kuutti y la madre de ambos, Maija Huhtikorpi, para hibernar en la roca de Sella emplazada en La Marina Baixa. Sella se ha convertido en paso obligado de escaladores de todo el mundo que huyen de las bajas temperaturas y la nieve. Todo esto y la presencia de míticas paredes gigantes de roca, como El Divino, la convierten en una de las mejores escuelas de escalada deportiva de invierno. Roosa ha escalado sin pestañear los 25 metros de altura de la vía Speedy González, una de las 300 de escalada deportiva que rodean la Font de l"Arc. Este área se encuentra a cuatro kilómetros de Sella, muy próxima a los colosos peñones Puig Campana, Ponoch, Toix, Mascarat y de Ifach, y del calor de la Costa Blanca que le permite vivir jornadas de hasta 25 grados en invierno. La madre, que aseguraba a pie de vía a la niña con las cuerdas, trata de definir lo "apasionante" y "divertido" de esta práctica deportiva: "Mi hija escala desde los tres años. Ella y su hermano tienen el título de master en Finlandia". La familia completaba un grupo de 20 fineses que hasta la primera semana de marzo se desplazaron a pulso por las rocas de Sella con la única ayuda del magnesio en sus manos y los pies de gato como calzado. Junto a otros escaladores, los fineses se alojaron en el refugio Font de l"Arc, único de la zona y que hace siete años abrieron José Miguel García Fraile e Ignacio Sánchez. Visto el potencial para la escalada de Sella, que comenzó a ser conocida hace 20 años, José Miguel e Ignacio promocionaron las maravillas de sus sectores de escalada. No fueron los primeros; la Federación Valenciana de Montañismo y diversos clubs comenzaron a equipar las vías de esta particular meca de escaladores que Ignacio y José Miguel han ido recopilando en una guía. Los 19 sectores de escalada y sus respectivas vías son punto habitual de escaladores de élite como los campeones mundiales Ron Fawcett y Simon Nadiu y el valenciano Pedro Pons, campeón de España en 1997. Además Alan Jones la destaca en la biblia del escalador, Rock fax. "Es un sitio privilegiado, a un paso del aeropuerto de l"Altet, que en invierno trae a europeos por verdaderas gangas", dice García "y vienen a hibernar atraídos por las excepcionales rocas calizas, la cantidad de vías de intermedias y la posibilidad para escalada clásica. Un día de invierno, entre semana, puede haber hasta 60 personas practicando". José M. García tiene 30 años y escala desde los 14. Se formó en la Escuela Valenciana de Alta Montaña de la Federación Territorial Valenciana de Montañismo, de la que es instructor. Con su socio Ignacio Sánchez adiestra escaladores noveles. Pero ésta no es su única tarea. Su aprecio por el medio ambiente les ha convertido en guardianes del paraje. La buena acogida de su labor ha movido ya el motor para la puesta en marcha de Terra Ferma, la primera empresa que organizará actividades de senderismo y escalada en la zona. Jeroni Garcimartín comparte con José Miguel García el proyecto cuyo fin es "dignificar el turismo rural, aproximarlo y enseñar a valorar el medio ambiente como patrimonio cultural y natural".

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