Tribuna:

Retirada

El mercado de valores español fue ayer objeto de diversas presiones, cada una en una dirección distinta. En primer lugar había que tomar nota del último máximo histórico de Nueva York y la apertura fue positiva, aunque muy pronto se conocía el IPC de febrero, que, con una subida de 0,1 puntos, sitúa la tasa interanual de inflación en el 1,8% y anticipa algunas dificultades para cumplir los objetivos. Mientras que la Bolsa española quedaba en suspenso ante dos movimientos contradictorios, el mercado alemán subía como la espuma con la única excusa de la dimisión del ministro de Finanzas, firme p...

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El mercado de valores español fue ayer objeto de diversas presiones, cada una en una dirección distinta. En primer lugar había que tomar nota del último máximo histórico de Nueva York y la apertura fue positiva, aunque muy pronto se conocía el IPC de febrero, que, con una subida de 0,1 puntos, sitúa la tasa interanual de inflación en el 1,8% y anticipa algunas dificultades para cumplir los objetivos. Mientras que la Bolsa española quedaba en suspenso ante dos movimientos contradictorios, el mercado alemán subía como la espuma con la única excusa de la dimisión del ministro de Finanzas, firme partidario de la reducción de los tipos de interés en la UE para frenar a tiempo el enfriamiento económico.A lo largo de la tarde, la indecisa apertura de Nueva York no hizo más que agravar los problemas de los inversores españoles, que optaron por la retirada casi por unanimidad. [Wall Street cerró la sesión con un retroceso de 21,09 puntos (0,21%) en el índice Dow Jones, que quedó en 9.876,35].

Lo mejor de tantas idas y venidas fue el incremento de la contratación, que superó los 1.277 millones de euros, 212.569 millones de pesetas, y que indica que el dinero aparece a la menor oportunidad y casi tan deprisa como se retira.

Los demás mercados financieros, deuda y divisas, también fueron objeto de constantes cambios de orientación, pero con unos resultados finales que denotan una situación de calma generalizada.

La deuda a 10 años bajó una centésima en su rentabilidad, hasta el 4,28%, y el euro se recuperaba ligeramente hasta obtener un cambio oficial de 1,0932 dólares.

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