¿Escaladores o ciclistas grandes?

El debate entre Olano y Jiménez seguirá marcando al ciclismo español en un año que será un punto de inflexión en el dopaje

El año 1998 terminó y mientras en el mundo se discutía sin cesar sobre el dopaje en el ciclismo, sobre la necesidad de convertir 1999 en un nuevo año cero, la temporada en la que nada debería ser como antes, en España seguimos enfrascados en un debate iniciado en la Vuelta y aún no cerrado: ¿Olano o Jiménez? El ciclismo español, que vio como el indiscutible rey de la popularidad, Pedro Delgado, apenas coincidió en el tiempo de esplendor con el eficaz Miguel Induráin, disfruta ahora con la presencia simultánea de dos líderes enfrentados. El espectacular escalador frente al regular contrarreloji...

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El año 1998 terminó y mientras en el mundo se discutía sin cesar sobre el dopaje en el ciclismo, sobre la necesidad de convertir 1999 en un nuevo año cero, la temporada en la que nada debería ser como antes, en España seguimos enfrascados en un debate iniciado en la Vuelta y aún no cerrado: ¿Olano o Jiménez? El ciclismo español, que vio como el indiscutible rey de la popularidad, Pedro Delgado, apenas coincidió en el tiempo de esplendor con el eficaz Miguel Induráin, disfruta ahora con la presencia simultánea de dos líderes enfrentados. El espectacular escalador frente al regular contrarrelojista.¿Qué vale más? ¿Ser incapaz de defender en el llano lo conquistado en la montaña? ¿Ser capaz de defender en la montaña, sufriendo, lo logrado en el llano? Puede que 1999 no sea un buen año para responder a una duda que en los años de Induráin y los dos posteriores, antes de que Marco Pantani la recuperara, no tuvo posibilidad de existir: será difícil, de todas maneras, que se enfrenten los dos conceptos. Los organizadores han dibujado un Giro y una Vuelta que sólo pueden ser atractivos para los muy escaladores, para la generación que llega, que se dice capitaneará un pirata italiano y que en el penúltimo año del siglo XX alcanzará su esplendor.

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Si Pantani se mantiene en sus trece y no corre el Tour (sería la primera vez en muchos años que el ganador no defiende su título), apenas quedarían escaladores puros para que Ullrich, Olano, Julich y demás ciclistas que se dicen completos puedan vencer y convencer.

El Tour perdería parte de su gran sentido, y eso, un Tour más tocado después de superar a duras penas los embates policial-judiciales de 1998, puede ser lo más importante del año, lo que de verdad cambie el sentido del ciclismo.

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