La EMT recorta su flota de autobuses para 'compensar' la ampliación del metro

A mayor número de kilómetros de metro, menos autobuses. La Empresa Municipal de Transportes (EMT) asumirá hoy este principio en su consejo de administración, en el que se plantea un recorte en la flota de autobuses (las 200 nuevas unidades previstas se quedan en 60) por "la influencia de la significativa expansión de la red de metro". Hasta ahora, los responsables del Consorcio de Transportes admitían que algunas líneas de la EMT modificarían su recorrido con la apertura de los nuevos tramos de metro, pero aseguraban que en ningún caso se reduciría el número de buses que circulan por la capita...

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A mayor número de kilómetros de metro, menos autobuses. La Empresa Municipal de Transportes (EMT) asumirá hoy este principio en su consejo de administración, en el que se plantea un recorte en la flota de autobuses (las 200 nuevas unidades previstas se quedan en 60) por "la influencia de la significativa expansión de la red de metro". Hasta ahora, los responsables del Consorcio de Transportes admitían que algunas líneas de la EMT modificarían su recorrido con la apertura de los nuevos tramos de metro, pero aseguraban que en ningún caso se reduciría el número de buses que circulan por la capital. Las cosas han cambiado, a juzgar por el informe del gerente de la EMT, Tomás Burgaleta, que se debate esta mañana.

La EMT perdió un millón y medio de viajes a lo largo de 1998

El gerente de la EMT concreta que la empresa debe jubilar durante el año 1999 un total de 211 vehículos ya que cumplen sus diez años de vida útil, pero advierte de que sólo incorporará 60 nuevas unidades a su flota. Así pues, las cocheras pasarán de albergar 1.820 vehículos a 1.669 (un 8,3% menos), el número más bajo de toda la década: en 1990 había 1.750 autobuses, y la cifra se había incrementado desde entonces.El tijeretazo en la flota se produce a pesar de que en los presupuestos de la EMT para 1999, aprobados en octubre de 1998, figuraban 5.200 millones de pesetas para la adquisición de nuevos coches. Pero Burgaleta precisa: "Teniendo en cuenta la fecha probable de adjudicación del concurso y los pedidos formulados a las empresas fabricantes, no será posible recibir en 1999 un número superior a 60 autobuses". Los 140 restantes llegarán en el 2000, año en el que otros 241 autobuses cumplirán diez años.

La EMT podría paliar la rebaja en su flota manteniendo en servicio, de forma excepcional, vehículos con once años de servicio. Pero las previsiones de sus gestores no parecen ir por ahí. "Las cifras de reposición pueden ser revisadas a la baja", apunta Tomás Burgaleta, "una vez que se disponga de cálculos más realistas sobre las necesidades del parque acordes con la expansión de la red de metro".

"Desacierto absoluto"

El portavoz del PSOE en materia de Transportes, Eugenio Morales, se opondrá frontalmente a estas intenciones. "Reducir la flota de autobuses es un desacierto absoluto. El metro y el autobús deben ser medios complementarios, no excluyentes: que la mejora en la oferta de uno implique un recorte en la del otro es el colmo", exclamó ayer.

Las estaciones de metro inauguradas durante 1998 ya se han dejado notar, no obstante, en el balance de la EMT. La compañía ha cerrado el pasado ejercicio con 553,5 millones de viajes, un millón y medio menos que durante 1997. El descenso, en términos porcentuales, resulta muy discreto (un 0,27%), pero ésta es la primera vez que la compañía pierde usuarios a lo largo de los años noventa, que comenzaron con unos 400 millones de viajes. Sólo hay una excepción, la de 1993, cuando se perdieron viajeros respecto a 1992 por la prolongada huelga de los conductores.

Hasta ahora, el Consorcio sostenía que la ampliación del metro iba a traducirse en unos recorridos de la EMT más periféricos: al no ser necesaria una flota de autobuses tan amplia en los barrios más beneficiados por la ampliación del metropolitano (Hortaleza, Moratalaz, Vallecas, Carabanchel, Ciudad de los Poetas, Fuencarral), esos vehículos podrían aprovecharse para cubrir aquellos núcleos de población a los que todavía no llega el metro. Ahora, según Morales, muchos barrios necesitados de transporte público corren el peligro de quedarse con las ganas.

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