Villores revive el folclor medieval en la "Santantonada"

,Numerosas personas participaron animadamente la noche del sábado en la Santantonada de Villores, una de las más peculiares, participativas y hermosas de la comarca de Els Ports, que ha vivido este pasado fin de semana el inicio de este ciclo festivo que se prolonga hasta febrero. Desde la multitudinaria noche del viernes en Forcall, con una espectacular barraca que se quemó con precisión y fuerza, hasta Ares, Castellfort, Vallibona, Herbés, Sorita, La Pobla de Benifassà y Vilafranca, esta comarca ha empezado a vivir el amplio calendario de estas populares fiestas del invierno.

La fiest...

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,Numerosas personas participaron animadamente la noche del sábado en la Santantonada de Villores, una de las más peculiares, participativas y hermosas de la comarca de Els Ports, que ha vivido este pasado fin de semana el inicio de este ciclo festivo que se prolonga hasta febrero. Desde la multitudinaria noche del viernes en Forcall, con una espectacular barraca que se quemó con precisión y fuerza, hasta Ares, Castellfort, Vallibona, Herbés, Sorita, La Pobla de Benifassà y Vilafranca, esta comarca ha empezado a vivir el amplio calendario de estas populares fiestas del invierno.

La fiesta de las hogueras de Sant Antoni, en el pintoresco pueblo de Villores, reunió el sábado por la noche numerosos visitantes que acudieron a la tradicional Santantonada. Un desfile cargado de folclor medieval que revive a personajes míticos alrededor del fuego y el vino.PÁGINA 8

Villores compartió con numerosos visitantes su peculiar "Santantonada" de puertas abiertas

En Villores los ritos medievales de convivencia entre lo profano y lo religioso cobran un atractivo especial. Este pequeño municipio de la comarca castellonense de Els Ports, con menos de 100 vecinos, recibe en sus casas con hospitalidad los visitantes que no fallan a su cita la víspera del día de Sant Antoni. La fiesta comenzó con la bendición de las caballerías engalanadas y culminó con la ceremonia del fuego purificador de una monumental hoguera o barraca, en torno a la que se reúnen los villorenses. Con anterioridad el cremaller con el mástil de teas encendidas abre un entrañable desfile que protagonizan los botargas o dimonis ataviados con atractivas y coloristas indumentarias. La algarabía de estos personajes de la Santantonada, presididos por el santo y la Filadrona, que le tienta y provoca, recorre las calles empedradas del pueblo. Los vecinos de Villores abren las puertas de sus casas a la comitiva para ofrecer dulces, frutos secos, aguardiente y el sabroso vino de la tierra. Primero tiene que entrar en las casas Sant Antoni con su cruz en alza y, después, demonios, vecinos y visitantes disfrutan arrodillándose con clemencia para no recibir el toque de la pallasa que portan en la mano los demonios y con la que golpean el suelo y los cuerpos, sobre todo femeninos. Este recorrido dura varias horas. Este ciclo festivo prosigue esta semana con la celebración, entre otras, de la Santantonada de Morella que ofrece un atractivo y original auto sacramental que se desarrolla a las puertas de la iglesia Arciprestal y en el que varios jóvenes escenifican una peculiar versión de la vida y las tentaciones de Sant Antoni. Después arde la hoguera en esta monumental plaza y se abren los bureos o verbenas donde participan masivamente vecinos y visitantes y, sobre todo, los trabajadores del campo o masoveros que son los auténticos protagonistas de la fiesta de Sant Antoni morellana que sigue con el canto de albaes que recorre de madrugada las calles de esta ciudad medieval. Tras Morella llegarán las santontanades de La Mata, Ortells, Olocau, Sorita, La Tolodella y Cinctorres, que ha recuperado una fiesta cuyos orígenes se pierden en el tiempo.

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