Tribuna:

Sobra dinero

Los mercados de valores comienzan a pisar el acelerador en esta fase final del ejercicio. La causa de esta prisa puede estar tanto en los últimos intentos de mejora de las plusvalías de las carteras, como en la negativa de los poseedores de papel a soltarlo a precios bajos. El exceso de liquidez y la relativa tranquilidad que otorga el informe del FMI —en el que se revisa a la baja el crecimiento económico sólo lo suficiente para que nadie pueda hablar de recesión— han caldeado el ambiente en los mercados, aunque se ha evitado cualquier mención sobre el riesgo de Wall Street.
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Los mercados de valores comienzan a pisar el acelerador en esta fase final del ejercicio. La causa de esta prisa puede estar tanto en los últimos intentos de mejora de las plusvalías de las carteras, como en la negativa de los poseedores de papel a soltarlo a precios bajos. El exceso de liquidez y la relativa tranquilidad que otorga el informe del FMI —en el que se revisa a la baja el crecimiento económico sólo lo suficiente para que nadie pueda hablar de recesión— han caldeado el ambiente en los mercados, aunque se ha evitado cualquier mención sobre el riesgo de Wall Street.

En esta sesión se han superado los 200.000 millones de pesetas gracias a una operación institucional sobre acciones de Endesa. Tres sesiones antes de la puesta en marcha oficial del euro, la Bolsa española pone alto el listón, con 'una referencia en 1.301 millones de euros negociados, aunque lo más importante es que los inversores se muestran confiados ante un cambio casi tan importante como el que supuso pasar

de enteros, puntos porcentuales, ' a pesetas cuando se llevó a cabo la reforma del mercado de valores. En realidad, se trata de volver de nuevo a los decimales y a una cifra que representa un número concreto de pesetas. El esfuerzo real se deja para unos meses después, cuando todo el mundo se olvide de las referencias y hable directamente de euros.

En el mercado de deuda se ha puesto fin a las retiradas de beneficios y otra vez subían los precios, aunque en esta ocasión las rentabilidades bajaron poco. El proceso de retirada de beneficios elevó la rentabilidad de la emisión a 10 años desde el 4% hasta el 4,09%, y ahora se vuelve a la orientación anterior con una rentabilidad del 4,04%, cinco centésimas por debajo de la del martes, y con un diferencial en 0,14 puntos, nivel que repite el mínimo del año conseguido el pasado día 4 de mayo. La presión del dinero está caracterizando esta última fase del ejercicio, sin perdonar a ningún producto financiero, y es que la última subasta de letras del Tesoro, con el 2.88% ha tenido efectos inmediatos.

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