"Hay que ser violento porque las chicas te respetan más"

Ricardo Guerra, de 23 años, abandonó en 1995 el Frente Atlético al considerar que sus integrantes "ya no son como antes; ahora son buenos y van con la novia", según consta en un informe psiquiátrico aportado a la causa judicial en la que fue condenado por apuñalar a una persona en el barrio de Moncloa el 27 de abril de 1996. Reconocía que se sentía cómodo yendo con amigos que disfrutaban participando en peleas y altercados: "Me gusta pegar, humillar, y que la gente me vea y así me respete".El joven Guerra reconoció en aquella ocasión que "hay que ser violentos porque las chicas y los amigos te...

Ricardo Guerra, de 23 años, abandonó en 1995 el Frente Atlético al considerar que sus integrantes "ya no son como antes; ahora son buenos y van con la novia", según consta en un informe psiquiátrico aportado a la causa judicial en la que fue condenado por apuñalar a una persona en el barrio de Moncloa el 27 de abril de 1996. Reconocía que se sentía cómodo yendo con amigos que disfrutaban participando en peleas y altercados: "Me gusta pegar, humillar, y que la gente me vea y así me respete".El joven Guerra reconoció en aquella ocasión que "hay que ser violentos porque las chicas y los amigos te respetan más; si no eres violento, resultas un cobarde". Cuando sólo tenía 15 años empezó como miembro activo del grupo radical Frente Atlético y ya entonces disfrutaba provocando daño a las personas y a las cosas, y en una ocasión llegó a causar un incendio en el colegio donde estudiaba. "Hay días que necesitas pegar, que estás quemado sin estar bebido". Ricardo es el mediano de una familia de tres hermanos, el menor de los cuales murió atropellado por un coche en 1986. Según su propio testimonio, empezó a beber alcohol a los 13 años, a los 18 se pasó al ácido (LSD) y más tarde a las pastillas de éxtasis.