Clinton respalda con su presencia la renuncia palestina a destruir Israel

Bill Clinton, el primer presidente de Estados Unidos que ha visitado territorios bajo administración palestina, certificó ayer con su presencia la decisión del Consejo Nacional Palestino (Parlamento) de eliminar los apartados de su Carta (Constitución) que piden la destrucción del Estado de Israel. Fue éste el resultado más rotundo de una visita a Gaza cargada, por lo demás, de un gran simbolismo. El aterrizaje del helicóptero presidencial norteamericano en el aeropuerto Yasir Arafat, el desfile de Clinton junto al presidente palestino ante las tropas palestinas que les rendían honores y su sa...

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Bill Clinton, el primer presidente de Estados Unidos que ha visitado territorios bajo administración palestina, certificó ayer con su presencia la decisión del Consejo Nacional Palestino (Parlamento) de eliminar los apartados de su Carta (Constitución) que piden la destrucción del Estado de Israel. Fue éste el resultado más rotundo de una visita a Gaza cargada, por lo demás, de un gran simbolismo. El aterrizaje del helicóptero presidencial norteamericano en el aeropuerto Yasir Arafat, el desfile de Clinton junto al presidente palestino ante las tropas palestinas que les rendían honores y su saludo a las banderas de ambas naciones fueron expresiones del respaldo -impensable hasta hace muy poco tiempo- de una Administración norteamericana a la aspiración palestina de un Estado independiente y soberano. A cambio, la Autoridad Palestina entregó a Clinton algo que también parecía imposible para muchos palestinos: su aceptación de que Israel tiene derecho a existir como nación dentro del territorio de lo que hasta 1948 fue exclusivamente Palestina. "Ustedes han reafirmado su voluntad de compartir esta porción de tierra con sus vecinos para siempre", dijo Clinton a los representantes palestinos. Pero el presidente norteamericano tuvo que actuar también ayer en otro frente de crisis reabierto en los últimos días: el de su posible destitución. Ante el riesgo de que el pleno de la Cámara de Representantes vote el jueves a favor del impeachment, Clinton ofreció ayer a la mayoría republicana que quiere procesarle por perjurio "un compromiso razonable" que impida el trauma de la destitución. Clinton no precisó los términos de ese compromiso, pero sí lo hizo en Washington el vicepresidente Al Gore. El presidente merece "una censura", no el impeachment, declaró Al Gore, quien decidió usar su prestigio personal en ayuda de Clinton.

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